Es posible hacer un equipo competitivo vendiendo jugadores, sí, el Valencia CF es uno de los que lo hizo así muchas veces y así hasta ganó títulos. De hecho ningún club podría fichar si no vendiera jugadores porque no le cabrían en la plantilla, el problema es quién diseña ese proyecto y quién está al mando de todas esas operaciones porque esa es la clave. Si quien dice que hará una plantilla competitiva incluso vendiendo más futbolistas es Anil Murthy, lo normal es que nadie se lo crea, ahí está como prueba de su nulo criterio el equipo que ha quedado después de los movimientos del verano. Si a su lado, además, no hay mucho más que otros cuantos ejecutivos llegados desde Singapur sin ninguna experiencia ni credibilidad como gestores de fútbol, pues qué quieren que les diga que ya no se haya repetido por activa y pasiva.

Por eso, miedo da ponerse a contar los días que faltan para que se abra el mercado de invierno, en el que están diciendo que intentarán traer un par de jugadores para reforzar el equipo porque es muy evidente que a Javi Gracia le hace falta, pero vamos a ver también cuántos van a salir. Lo de Kang In Lee lo damos ya por hecho aunque quizá no nos hayamos parado a pensar bien en la gravedad de la cuestión, con todo lo que supone porque sobre el papel este joven coreano era la joya de la corona, sino el capricho del propio Peter Lim. En realidad no creo que se atrevan a sacar a ninguno más al menos entre los jugadores importantes, por mucho que el máximo accionista también quiera cobrar lo que ha prestado, llevan meses jugando con fuego y ahora ya saben que al mínimo descuido se pueden quemar.

Por cierto, los que esperábamos por parte del propietario Meriton Holdings algún gesto de acercamiento hacia la afición o algún tipo de anuncio interesante para el futuro del Valencia CF en la Junta de Accionistas, ya fuera sobre el estadio o el proyecto, está claro que éramos excesivamente optimistas. Más de lo mismo o, dicho de otra manera más gráfica, nada de nada. Por más años que pasen no deja de ser sorprendente el empeño y hasta el gusto de estos señores por vivir de espaldas a la gente, sobre todo en un momento en que la unión se supone que es tan importante y en el que, además, gestos de buena voluntad es precisamente lo poco que podrían ofrecer, porque no cuestan dinero. Dicen que no se van a marchar y que estarán aquí dentro de diez años para ganar LaLiga, puede que sea así, aunque la mayoría de las cosas que hacen o dejan de hacer no van desde luego en esa dirección. Será que es otra cultura.