Aunque Luis García comenzó su despedida indicando que «voy a intentar estar entero y que la emoción no me invada», lo cierto es que conforme fue hablando se le hizo un nudo en la garganta y finalmente rompió a llorar para despedirse con un «ha sido un placer». Le costó decir adiós; se le vio muy emocionado. Era evidente después de tres temporadas inolvidables. Aterrizó en un Levante en coma y hace las maletas dejándolo en el primer escalón nacional y con el sentimiento de ser mejor profesionalmente y sobre todo como persona. «Lo difícil para mí es despedirme de mucha gente que aprecio y quiero. En estas tres temporadas le he dado mucho al Levante y el Levante me ha dado mucho a mí. Han sido tres años magníficos. Sé que me he dejado el alma por este equipo y salgo siendo mejor entrenador y sobre todo mejor persona», señaló en una sala de prensa abarrotada de muchas caras conocidas que quisieron respaldar a Luis en su despedida. En primera fila se sentó su socio Pedro Rostoll, el único que le acompañará en la aventura en el Getafe.

Por petición del ya nuevo técnico del Getafe, que será presentado mañana en el Coliseum, no hubo turno de preguntas. Luis se había preparado un discurso de un par de páginas, pero optó por la naturalidad. Lo que no pensaba, aunque se lo intuía, era que le iba a costar tanto poner el cierre a su periplo en el Levante. Tuvo palabras de agradecimiento para todo el mundo. Sin embargo, el primer guiño de complicidad lo dedicó a los medios de comunicación que han estado siempre a su lado. «Sois unos grandes profesionales», indicó.

Luis García destacó la labor conjunta que ha realizado en este tiempo con el director deportivo Manolo Salvador, «que fue la primera persona que apostó por mí», y se mostró convencido de que será capaz de encontrar un sustituto «que por lo menos iguale lo que hemos hecho aquí». «Gracias a Quico (Catalán) y a todos los directivos por su apoyo, comprensión, y por como me han tratado desde el primer día. Quiero hacer una mención especial a dos personas: Paco Fenollosa y Miguel Ángel Ruiz, ambos siguen en el club desde que estoy aquí», añadió con la voz entrecortada por el sentimentalismo. Pero todavía hizo de tripas corazón y no se olvidó, entre lágrimas, «de los jugadores que se han sobrepuesto a las adversidades», del cuerpo técnico porque son «muy grandes y lo saben», así como de los responsables médicos, los fisios, y todos los empleados del club tanto de las oficinas del estadio como de la gente de Buñol.

Una hora antes de la desvinculación oficial, Luis García llegó al Ciutat de Valencia acompañado de su segundo, Pedro Rostoll, y de Antonio Sanfeliu, jefe de prensa de Toldrá Consulting. Nada más bajar del coche, que él conducía, empezó con su ritual de despedidas. Los primeros abrazos fueron para el recuperador Félix Vicente, el ATS Javier Clemente, y el ´Pájaro´ (el utillero). En las oficinas ya llevaban unas horas encerrados Quico Catalán, Manolo Salvador y Lorenzo Toldrá, uno de sus agentes.

Desde que comunicó su deseo de marcharse al ´Geta´ ha vivido unos días difíciles. Los últimos flecos en el pago de los plazos del millón de euros quedaron zanjados. Seguro que volverá a soltar alguna lágrima cuando regrese de rival.