La sensación de vulnerabilidad es una realidad en el Levante. Nunca antes el equipo dirigido por Paco López se sintió tan débil. La enésima oportunidad de revertir la situación se dio en Mallorca, pero en vez de inyectarse una dosis de ilusión, se inmoló por completo. Siguió siendo un conjunto que, pese a que en términos de voluntad dio un paso al frente, escasea en todas las líneas.

Ni la suerte cayó de su favor, ya que Morales, en un momento crucial del encuentro, no superó a Manolo Reina desde el punto de penalti. A perro flaco todo son pulgas, y al Levante los problemas se le amontonan. Ni un ápice de ilusión y ni una pizca de esperanza. El proyecto está herido de muerte, y la figura de Paco López se encuentra en el patíbulo. Las ocho jornadas sin ganar no solo pesan, sino que también duelen. Y, para más inri, las plazas de descenso empiezan a quemar.

Pese a ello, el Levante fue consciente de la importancia del encuentro desde el momento en el que saltó al viejo Son Moix. A través de la mentalidad de asfixiar al Mallorca presionando su salida de balón, el cuadro valenciano empezó el choque un peldaño por encima de su rival. Demostrando que, independientemente de la racha con la que aterrizaron en las Islas Baleares, tiene capacidad de hacerle frente a cualquier adversario. En momentos de dificultad, los futbolistas más determinantes son los que deben dar un paso al frente, y Morales no se quedó atrás. Aunque, con el paso de los minutos, su figura se fue diluyendo, teniendo, en el penalti errado, la puntilla.

Sus destellos de velocidad y sus arrancadas con balón estuvieron presentes sobre el verde balear. Mediante sus botas nació una de las más claras en los primeros compases del duelo. En campo propio, controló un balón despejado por Duarte con el pecho, superó a Ruiz De Galarreta con un sombrero y corrió, aprovechando los espacios, hasta el límite del área. Su jugada terminó cediéndole el testigo a Pablo Martínez. El centrocampista, sin embargo, dudó en cómo finalizar la acción, y en plena incertidumbre, ejecutó con la izquierda para mandarla lejos del radio de acción de Manolo Reina.

9

Pelea en el Mallorca-Levante: Maffeo provocó a Paco López y llegó la trifulca en el túnel de vestuarios

El Levante el juego. El Mallorca, las ocasiones

Mientras el Levante puso el juego, el Mallorca tuvo las ocasiones, pero Aitor Fernández estiró la versión que mostró en el Camp Nou. Si en el feudo del Barça evitó una derrota sonrojante, ante los bermellones impidió que el contrincante superase su portería hasta que Baba quiso lo contrario. Sobre todo, en la segunda mitad. Antes, despejó una falta a balón parado de Dani Rodríguez e intervino sin problemas un disparo de Maffeo, quien minutos más tarde, iba a ser protagonista lejos de los márgenes del rectángulo de juego.

En el tiempo de descuento de la primera parte, el banquillo comandado por Luis García reclamó de manera efusiva la segunda amarilla a un Roger Martí que, durante el tiempo que permaneció vestido de corto, jugó con fuego en más de una ocasión. Y ante la defensa del cuerpo técnico de los de Orriols posicionándose en contra, el lateral derecho pinchó en el aspecto anímico de Paco López. No solo le mandó callar de manera despectiva, sino que le dijo que “le quedaban dos días”. Instante en el que la tensión explotó y generó una intensa trifulca en la que, además de estar involucrados ambos banquillos, salió perjudicado Toni López, mano derecha del entrenador levantinista, con una tarjeta roja.

Desde dicho momento, el partido, con revoluciones rebajadas pero con la tensión latente, entró en un constante ida y vuelta, en la que un central de cada equipo se alzó como salvador. Duarte, sobre la línea, salvó un remate de Amath en el área pequeña, aunque, en la portería rival, Róber Pier la tuvo más clara. Pepelu botó al segundo palo un balón desde la banda, Duarte, aprovechando la mala salida de Manolo Reina, cabeceó al punto de penalti para hallar a Róber Pier, pero la volea del gallego se topó, en la línea de gol, con el central Valjent. Sin embargo, comenzó un monólogo ofensivo del Mallorca, en el que Aitor Fernández frenó unas embestidas en las que Kang In Lee, quien rozó el gol en más de una ocasión, fue el director de orquesta en términos ofensivos. Pese a ello, el guardameta, héroe en varios tramos, no supo cómo frenar un balón que acabó en el fondo de las mallas. Maffeo, quien fue el protagonista en discordia, se convirtió en el asistente del gol del Mallorca, obra de Baba tras cabecear el envío.

Te puede interesar:

El Levante no claudicó, pero tampoco aprovechó su momento. Tampoco desde el punto de penalti, situación que, después del fallo de Roger ante el Celta, parece que se haya convertido en un dolor de muelas. El testigo del ‘9’ lo recogió Morales, pero Manolo Reina le adivinó las intenciones para, definitivamente, eliminar cualquier esperanza de puntuación, con un equipo que se hundió anímicamente. Un poema trágico cuyo registro es indefendible.