La reacción granota está en juego

Un año después de caer en las semifinales de la Copa del Rey de manera cruel, el escenario en el que se sumerge actualmente el Levante es incomparable a las fuertes emociones que se vivieron en el Ciutat de València 365 días atrás. El Athletic Club de Bilbao fue el combinado que tumbó las ilusiones de los levantinistas de disputar la final por un título por primera vez en su historia, pero tras doce meses de travesía levantinista, los sentimientos han intercambiado sus papeles después de recibir el mismo golpe el pasado miércoles en Mestalla. San Mamés, campo hostil a nivel nacional y en el que el cuadro granota solo registra una victoria desde que ascendió a la élite del fútbol español en 2017, será juez del estado anímico de dos equipos que, aunque tengan una elevada distancia entre ambos en la tabla, aterrizan al encuentro que cierra la vigesimoséptima jornada de LaLiga Santander con sensaciones contrapuestas. Un Levante al alza y un Athletic que se desestabiliza. Sin embargo, supondrá una oportunidad de oro para escalar a una permanencia que, pese a los numerosos golpes, deja de ser una utopía en Orriols. El cuadro granota no recuperará a José Campaña, que entrenó con el grupo de manera parcial.

Alineaciones probables del Athletic-Levante

Atlético de Madrid, Celta y Elche fueron los culpables de que el conjunto dirigido por Alessio Lisci recuperase al fin la moral. Siete puntos de nueve posibles, tijeretazo a la frontera que marca la salvación y la percepción de que nada es imposible. Sobre todo, después de que el equipo haya podido confiar en su capacidad de hacer frente a cualquiera a través de su versión más precisa. 

Ahora se miden a un equipo que es justo lo contrario, con el estado anímico más bien alicaído por el varapalo sufrido en Copa del Rey y después de una severa derrota liguera contra el FC Barcelona por haber plantado una serie de rotaciones que no salieron bien. El ambiente, además, está realmente enrarecido y el futuro de Marcelino García Toral más allá de esta temporada está en el aire. El propio asturiano confesó que está «difícil».