Tres meses después de la traumática noche en el Santiago Bernabéu, el Levante inicia su camino hacia la cima de la élite del fútbol español tras haber limpiado cabeza, resetear su mente y coger fuerzas para volver a subir al cielo de la Primera División. Con Mehdi Nafti a la cabeza, el técnico franco-tunecino arrancará el desafío del ascenso respaldado por un equipo competitivo y con el hambre de cumplir con el objetivo, pero con un baluarte entre sus integrantes que aspira a liderar una temporada que apunta a ser histórica. Pepelu, pocas horas después de soplar las velas de su vigésimo cuarto aniversario, está llamado a liderar el regreso a la élite tras convertirse, en tan solo un año, en un emblema dentro del levantinismo. «Pepelu está centrado en empezar bien el viernes y en este año. Tengo mucha ilusión y ambición de devolver al Levante donde se merece. Tengo marcado en rojo esta temporada por los muchos objetivos y retos personales que me quedan todavía por cumplir», dijo el ‘8’ atendiendo la llamada telefónica de Superdeporte.

El centrocampista, después de meses de incertidumbre y de sufrimiento, está listo para disfrutar. Lo hará tras un año duro y que contrastó con la felicidad de cumplir el sueño que tuvo desde que pisó las instalaciones de Buñol por primera vez. «Fue un año difícil, duro y de mucha frustración. Ver que no puedes conseguir lo que quieres, que lo estás dando todo y que no llegan los resultados... Piensas que nunca los vas a tener. Siento tanto a este club que lo pasé francamente mal. Fueron situaciones difíciles de digerir, pero soy una persona que siempre intenta sacarle el lado positivo a todo. Creo que me servirá de cara al futuro si me toca vivir escenarios así para estar preparado, aunque espero que no sean muchos», reconoció un Pepelu que, pese a su juventud y poco tiempo en el primer equipo, ya es un futbolista para la eternidad.

El dianense, atado hasta 2032, tiene una duración de contrato que no es ni una casualidad ni un capricho por parte de los involucrados. Después de meses de negociaciones y de indecisión, el club apostó fuerte por Pepelu y Pepelu volcó todo su futuro al equipo de su vida. Una decisión tomada con la cabeza, el corazón y sin dudas de por medio. «Tuvimos una oferta por parte del Levante en noviembre, pero siempre hemos dicho que queríamos esperar y ayudar al equipo. Cuando llegó el verano y supimos dónde íbamos a estar era fue el momento de pensarlo bien y de poner todo encima de la mesa. Yo sabía que era una decisión que me iba a cambiar el futuro, pero decidí con la cabeza y con el corazón. Nunca se me pasó por la cabeza irme del Levante. Se juntaron muchas cosas. El cariño de la afición, lo que me transmitió el club, lo que siento hacia el Levante... Firmar diez años es un contrato difícil que me hace sentir especial», comentó, mientras abrió su corazón para transmitir lo que siente hacia el club de su vida.

«Por todo lo que he vivido, porque son ya diez años, por el cariño de la afición... Para crecer era la mejor decisión. Renovando hasta 2032 quiero lanzar un mensaje de compromiso, de lealtad y de sentimiento. También un agradecimiento hacia la cantera y hacia la afición. Sin ellos no hubiera cumplido mi sueño. Que el club sepa que apuesto por ellos porque yo sé que ellos apuestan por mí», comentó, agradecido, un Pepelu cercano, sincero y enamorado de la tranquilidad que le aporta estar cerca de los suyos. «Siempre le he dado mucho valor a mis orígenes. Para mí Dénia es especial y quería que hubiera una parte en el vídeo de mi renovación. Tener cerca a mi familia y a mis amigos, sobre todo en los momentos malos, es muy importante. Me considero una persona muy cercana y los necesito día a día. Me dan el plus que muchas veces necesito».

Después de un verano en el que el levantinismo ha sufrido la pérdida de referentes tras el descenso, Pepelu se erige como el símbolo de la afición junto a Iborra. La vuelta del eterno ‘10’ cayó como un golpe de alegría y de optimismo, y ahora, ambos afrontan el curso 22/23 con la condición, junto a Postigo y Róber Pier, de capitanes. Para el valenciano, tanto compartir posición con el exfutbolista del Villarreal como lucir brazalete, es todo un privilegio. «Cuando llegué al Levante, Iborra ya estaba en el primer equipo. Jugaba en mi posición y me fijaba mucho en él. Que esté Vicente en la plantilla y pueda compartir campo con él es algo especial por todo lo que nos va a dar deportivamente, pero también sentimentalmente. Esa ilusión, esa ambición, esa energía que tiene, tanto para los nuevos como para la gente que viene de abajo, tener a alguien que sepa lo que es el levantinismo y que lo pueda transmitir es algo muy importante. Después, que mis compañeros puedan elegirme entre los capitanes es un privilegio. Me siento afortunado de representar la capitanía del Levante. Por lo que siento es una sensación que se multiplica», aseguró.

Ahora, Pepelu mira de frente a un año ilusionante y al que le queda un mundo por recorrer. No en vano, reconoció que es inevitable soñar en grande. «Estoy con la máxima ilusión y ambición de volver a Primera División. Así lo pensé cuando iba a renovar. Quería quedarme pero siendo la persona más ambiciosa posible porque el Levante tiene que estar en la élite. Por mucho que no quieras, es inevitable no imaginarte un momento así. Aún es muy pronto. No ha iniciado la liga todavía. Tampoco quiero adelantarme a posibles acontecimientos, pero ojalá el ascenso sea en casa y podamos disfrutarlo con la afición. Centrémonos en el inicio, pero confío en que sea un año bonito», finalizó.