La visita al escenario del Burgos se posicionó como un punto de partida hacia la intención de volver a mirar hacia la parte alta de la clasificación, pero, una semana después de la derrota contra el Cartagena, el Levante se volvió a enfriar en el ecosistema de la Segunda División tras empatar ante el Burgos (0-0). El Plantío, escenario que mantiene su condición de infranqueable, fue testigo de cómo el cuadro dirigido por Mehdi Nafti salió vivo de la igualdad sobre el verde, mostrando más peligro en sus acciones de ataque, pero la estadística de ningún gol encajado por parte del Burgos fue el obstáculo que le quedó por superar. La bandera de la victoria sigue sin ser clavada a domicilio y las dudas, pese al punto sumado, continúan en aumento, en contra de un combinado granota que seguirá en tierra de nadie dentro de la categoría y trasladando incertidumbre.

No obstante, el Levante sorprendió dándole una vuelta a sus integrantes de inicio para subsanar el tropiezo contra el Cartagena. Introdujo a Bouldini desde la partida, le devolvió el lateral izquierdo a Saracchi, y Pepelu y Wesley partieron desde el banquillo. El impacto no fue inmediato, pero los pupilos dirigidos por Mehdi Nafti fueron creciendo con el transcurso del tiempo pese a que el Burgos fue el primero en avisar de sus intenciones. Juan Hernández, a los dos minutos, ejecutó un lanzamiento que detuvo Dani Cárdenas, y desde entonces, el Levante fue entonándose. No dominó la posesión del cuero, pero sí protagonizó las más peligrosas del primer asalto. Brugué, sin ser un especialista en los remates de cabeza, cazó dos balones con la testa antes de aterrizar al ecuador del primer asalto que se marcharon por encima del larguero, aunque, en el último tramo antes de partir hacia vestuarios, Jorge De Frutos fue el que más cerca estuvo de romper la imbatibilidad de José Antonio Caro. Primero, después de empalmar un balón desde fuera del área que ahuyentó, casi desde la línea de gol, Borja González. Y casi al borde del descanso, cazando nuevamente una acción a la que le imprimió un raudo disparo, pero los reflejos del guardameta sevillano fueron más rápidos que las intenciones del ‘18’.

No en vano, el guion del encuentro tuvo variaciones en su trayecto. Pese a la falta de claridad a la hora de avanzar hacia la portería de Cárdenas, Mourad y Bermejo se postularon siempre como una amenaza en un Burgos que cabalgó al contragolpe. Sin embargo, el Levante no se arrugó. Tampoco después del descanso, donde Nafti, más allá de cumplir con el plan de darle más presencia sobre el verde, sentó a un Bouldini que arrancó el encuentro con una amarilla y llegó, incluso, a coquetear con la segunda. La solución pasó por proteger al marroquí, dando entrada a un Wesley al que se le vio con hambre. Tal fueron sus ganas de perforar el arco burgalés, que se quedó a pocos centímetros de sumar el primero de la cita al cuarto de hora de la segunda parte. La madera repelió el balón. Saracchi centró y el brasileño cabeceó, pero el palo no solo le privó del gol, sino que le dio impulso a un Burgos que no mostró el empuje del primer tiempo después de la reanudación.

De la mano de Pablo Valcarce, el abanderado de la reacción local, las almas de El Plantío vieron cómo su Burgos se quedó con la miel en los labios en dos ocasiones, a través de un jugador que dio vitalidad a los suyos. Bermejo, después de un envenenado centro del ‘8’, no remató, en boca de gol prácticamente, de manera precisa el cuero, y en el 70’, el propio Valcarce lanzó un disparo desde la media luna del área que se marchó a un palmo del palo izquierdo de Cárdenas. Desde entonces, tanto un equipo como el otro se movieron más por corazón que por cabeza, pero ninguna de las dos sirvió para desequilibrar la balanza. El Levante, pese al punto sumado, comienza a enfriarse en una Segunda División de la que, si quiere escapar, debe reaccionar a base de resultados.