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Este Levante va muy en serio (2-3)

El conjunto de Javi Calleja da un golpe encima de la mesa por el ascenso conquistando el Carlos Belmonte y ganando como lo hacen los grandes

Los granotas celebran un gol en el Belmonte

Los granotas celebran un gol en el Belmonte / LUD

Rafa Esteve

Rafa Esteve

La sensación de grandeza comienza a gobernar en el Levante, después de rehacerse al irregular inicio de temporada y de demostrar que, independientemente del rival y del escenario, atesora el poso de los equipos que brillan por su grandiosidad. Costó, incluso más de lo deseado, ver a una plantilla que desprendiese respeto y temor no solo por su condición de favorito, sino también por sus actos sobre el terreno de juego. No obstante, el alba del ascenso comienza a asomar en el horizonte del Ciutat de València, debido a un Levante que le puso la guinda a una semana prácticamente perfecta conquistando el Carlos Belmonte (2-3) con los goles de Rober Ibáñez, Campaña y Bouldini. A base de casta, coraje, fe y pundonor. Pero, sobre todo, a través de una imagen que ya retumba dentro de la Segunda División. El Levante, de una vez por todas, pisa más fuerte que nunca y avisa de sus intenciones. Con el ascenso como prioridad y, sobre todo, como ilusión.

El comienzo, de hecho, fue inmejorable. Apenas un minuto tardó el cuadro levantinista en despejar el camino de los tres puntos. Casi sin pestañear, y mientras la afición desplazada desde València aún estaba entrando en el clima de la batalla. Joni Montiel desatascó la presión albaceteña proyectando a la banda un pase trazado desde la precisión para que Rober Ibáñez y Álex Muñoz cosiesen el tanto inicial. Domó el esférico del '20' el valenciano, estiró su carril el ex del Tenerife y, a la internada del extremo, le imprimió un pase que terminó en el fondo de la red con un disparo cruzado, imparable para Bernabé Barragán. Un inicio arrollador, capaz de descolocar a un Albacete que llegó a la cita estando en la pomada de la promoción y que se topó con un vendaval casi imparable.

El Levante se gustó sobre el verde del Carlos Belmonte y siguió buscándole las cosquillas a su rival. A pocos centímetros se quedó Brugué de conectar un pase filtrado de Campaña, al igual que Joni Montiel, rondando el ecuador del primer asalto, se quedó cerca del gol tras ejecutar un lanzamiento desde la frontal. El conjunto dirigido por Rubén Albés actuó sometido a lo que quiso el Levante. No pudo contrarrestar a un equipo levantinista que se sintió con el viento a favor. No obstante, tuvo sus momentos para inyectar el miedo en el cuerpo de los de Orriols, aunque sin mucha claridad. Djetei, es más, fue quien más insistió en el empate a través de su característica más virtuosa: las acciones aéreas. Sin embargo, la igualada cayó en tierras albaceteñas mediante una transición, aunque con polémica añadida. Para más inri, después de que Rober Ibáñez, solo ante el guardameta del 'Alba', enviase a las nubes la posibilidad de ampliar la ventaja en el luminoso.

Djetei, quien tuvo contextos idóneos para colocar el primer tanto para los suyos, cazó el tobillo de Bouldini por detrás y rebañó el esférico para dibujar un contragolpe de libro pese a la infracción. El '2' condujo, se la cedió a Dusabin y se la dio a un Maikel Mesa que, en su avance hacia la portería de Dani Cárdenas, detectó el desmarque de un Higinio que la mandó a la base del palo. Si Cordero Vega pidió asesoramiento procedente del VAR pasar darle validez a la diana de Rober Ibáñez pese a la claridad de la acción, en el empate del Albacete ni se inmutó, para indignación de un Levante que recibió el revés de la igualada en pleno tiempo de descuento.

Si los pupilos dirigidos por Javi Calleja navegaron en medio de un escenario favorable debido al gol tempranero, tuvieron que hacer frente al segundo asalto con el mazazo en caliente. No en vano, si el inicio del encuentro sonrió a los granotas, la vuelta al césped no fue para menos. Además, con tintes de venganza por parte de Bouldini. El marroquí, con su capacidad para tener el cuero pegado a su bota derecha, se introdujo en el área y, en su intención de deshacerse de Boyomo, fue derribado. La responsabilidad de la pena máxima la asumió José Campaña, quien cambiándole el lado a Bernabé, celebró su tercera titularidad consecutiva con tras dejar atrás su lesión.

Sin embargo, la Segunda es caprichosa más allá del merecimiento de sus protagonistas. El Albacete, aunque no le dominó al Levante, supo golpear, valga la redundancia, al contragolpe y poner contra las cuerdas a un cuadro granota que no supo gestionar las transiciones rivales. Tal y como hizo en la primera parte, Higinio finalizó una contra materializada en un abrir y cerrar los ojos que impactó en el palo, pero Álvaro Rodríguez, en un acto de fe después de dejar sus labores defensiva para seguir la jugada de los suyos, machacó, con la defensa levantinista vencida, para devolver la igualada al luminoso del Carlos Belmonte.

Aunque el temor del empate, o incluso el de la derrota, sobrevoló la cabeza de los desplazados a Albacete, el Levante dio sensación de grandeza. De que está un peldaño por encima de los demás en la categoría. De hecho, lo demostró activando a sus mejores jugadores. Por los que el club apostó en verano para elevar su talento a niveles intangibles. Campaña, sin apenas espacio ante la presión del Albacete, encontró a Jorge De Frutos y Bouldini, de tacón, puso el tercero. Una jugada maestra que valió su peso en oro. No solo por los tres puntos, sino también por ponerle la guinda a una semana casi redonda. Siete unidades de nueve conseguidas, seis partidos sin perder y la percepción de que el Levante, de una vez por todas, se hace grande en la categoría de plata del fútbol español. Cuatro puntos con el liderato, y uno con el segundo puesto, no son nada para un equipo que no tiene techo.