REPORTAJE

“Fue como si un aficionado celebrase un gol”

La diana de Vicente Iborra contra el Málaga cumplió con el sueño del levantinismo de ver anotar al ‘10’ en el Ciutat de València. "Lo estaba esperando", aseguró su familia sobre un gol con dedicatoria especial

Iborra se señaló el escudo tras el gol que anotó ante el Málaga.

Iborra se señaló el escudo tras el gol que anotó ante el Málaga. / Francisco Calabuig

Rafa Esteve

Rafa Esteve

Un total de 3.486 días pasaron desde la última vez que Vicente Iborra marcó en el Ciutat con el Levante, antes de salir traspasado al Sevilla, y la primera diana anotada en Orriols por el ‘10’ tras su vuelta nueve años después. El gol que le metió al Rayo Vallecano, aquella mañana del 19 de mayo de 2013, tuvo similitudes con el que le hizo al Málaga. Ambos fueron de cabeza, oliendo la sangre y desde el área pequeña. Zona que, a pesar de ser centrocampista, le gusta pisar con frecuencia por su tendencia a incorporarse en ataque. Los que presenciaron el pasado domingo la diana del eterno ‘10’ granota, clave para seguir en la pomada del ascenso directo, se sintieron identificados con Iborra. Tuvieron la percepción de que todo seguía igual que en su primera etapa. De que el medio nacido en Montcada no estuvo fuera de Orriols durante casi una década, para militar en el Sevilla, en el Leicester de la Premier League y en el Villarreal y para hacer historia conquistando cuatro títulos de Europa League. La vida, más allá del paso del tiempo, siguió igual, de la misma manera en la que el gol de Iborra despertó emociones casi indescriptibles.

Una vez perforó la portería defendida por Rubén Yáñez, el canterano se fue a celebrar el tanto con sus aficionados. Luciendo el brazalete del capitán, enloqueció dirigiendo la mirada hacia la grada de ‘Levante Fans’, sector donde se encontró Raúl Cuello, íntimo del centrocampista desde que empezó en el Juvenil del Levante, y que contó en SUPER todas las emociones que le produjo el gol tanto a él como a Iborra. «Es un referente como futbolista, como levantinista y, sobre todo, como persona. La gente lo quiere, y en todos los equipos donde ha ido también. Si lo conocieran en persona, lo querrían más. Por sus valores, su normalidad y su humildad. Cuida a los suyos y se ha acordado del Levante siempre. Cuando marcó en el Ciutat fue emocionante, él lo estaba esperando. Que haya vuelto a su casa, en una situación complicada, y pudiendo jugar en Primera, ya sea en el Villarreal o en otro equipo, tiene un valor incalculable. Que sea el capitán me produce orgullo y me tranquiliza. Es un capitán en mayúsculas, y que tras el gol fuese a la grada... Se le veía en la cara la felicidad. Fue como si un aficionado celebrase un gol», dijo.

En la Tribuna Oeste del Ciutat de València también festejaron el gol de Vicente Iborra su mujer, Arantxa Temprado, y Mario, su hijo mayor, quien saltó invadido por la euforia. Debido al horario, sus otros dos hijos, Hugo y Enzo, lo presenciaron desde casa, pero vibraron con la misma intensidad o más. Los tres, pese a que estén viendo a su padre jugar en el Levante por primera vez, no dudan de sus colores. «Cuando nos fuimos del Levante mi hijo mayor, Mario, solo tenía 3 meses, pero Iborra dijo que su hijo sabría lo que era para él el club que le dio la posibilidad de convertirse en futbolista. Luego llegaron Hugo y Enzo, y aunque hayamos estado en otros equipos, ellos han sabido de dónde venía su padre. Nunca hemos dejado de ir al Ciutat de València, hemos seguido manteniendo nuestros pases y hemos ido siempre que hemos podido», aseguró Arantxa en SUPER, después de ser testigo de un gol que fue dirigido al cielo.

En junio de 2021, el padre de Vicente Iborra falleció, y desde entonces, siempre le ha acompañado en cada uno de los pasos que ha dado. Siempre que el fútbol se lo permite, acude al cementerio a verle con su madre, Paqui de la Fuente, consciente de lo importante que fue para él. El ‘10’ echa mucho de menos a su progenitor, pero tiene claro que, allá donde vaya, siempre le tendrá presente. Por eso, el gol que le marcó al Málaga tuvo una dedicatoria especial. «El padre de Vicente significó todo para él. Una persona incansable y trabajadora. Hacía más horas de las que le correspondían para que su hijo pudiese ir a jugar a fútbol. Cuando llegó al Don Bosco se salía antes de la hora que le tocaba para recogerlo en el colegio, se cambiaba en el coche para poder llegar a tiempo. Fíjate, que ni a mi marido ni a mí nos gustaba el fútbol, pero cuando Vicente empezó nos enganchó, porque siempre buscamos la felicidad de nuestros hijos y de lo que les gusta. A su padre le ponía muy contento llevarlo de un lado a otro y disfrutar con él», dijo Paqui.

De familia humilde, los padres de Vicente Iborra pasaron de no estar pendientes del fútbol a tener a sus dos hijos en activo. Uno en el Levante y el otro, Paco Iborra, en el CD Villacañas.  No obstante, ambos tienen claros sus principios, tal y como le remarcó Paqui a Vicente en sus primeros pasos futbolísticos. «Cuando subió al primer equipo no bajó. Aún me acuerdo de cuando le llamó Kaiku por primera vez. Cuando todo se disparó, le dije que no se olvidase de dónde viene, que tuviera los pies en el suelo y supiese que viene de una familia humilde y trabajadora». El gol de Vicente Iborra ante el Málaga ya forma parte de la eternidad. Sin embargo, todos coinciden. «Ojalá sea el primero de muchos y el Levante ascienda a Primera División». Palabra de Raúl, Arantxa y Paqui.