Un Levante enrabietado (0-0)

El conjunto de Javi Calleja desaprovechó su oportunidad de acercarse al ascenso directo tras empatar ante un Albacete que, incluso con uno menos, plantó cara hasta el final

Rafa Esteve

Rafa Esteve

Ascender a la máxima categoría exige ser el mejor en todos los sentidos. Sobre todo, dentro de una Segunda División donde cada paso que se da hacia atrás tiene sus consecuencias. Si el Levante se ganó a pulso su derecho de pelear por subir a la élite de manera directa, gracias a los veinte partidos en los que nadie fue capaz de vencerle, tendrá que remar con una intensidad mayor si lo quiere conseguir.

Los de Javi Calleja, a pesar de que mantengan su candidatura al ascenso, se volvieron a dejar puntos por el camino después de no solo empatar contra el Albacete, sino también tras desaprovechar el empate de Las Palmas y el del Alavés. La derrota ante el Huesca, de hecho, dejó noqueado a un equipo que desperdició la oportunidad de quitarse la espina que lleva clavada desde El Alcoraz. El orgullo, pese a las múltiples veces que el Levante buscó el gol de la victoria, sigue herido, de la misma manera en la que los puestos de ascenso directo siguen siendo una quimera. La maratón sigue su curso, pero los de Orriols continúan quedándose a medias.  

Si la escalada hacia la parte alta de la clasificación se llevó a cabo en circunstancias adversas para el Levante, el enfrentamiento contra el Albacete no iba a ser menos. Orriols, acostumbrado a lucir sus mejores vestimentas cada vez que juega su equipo, batalló con su condición de infranqueable ante una nutrida masa de aficionados desplazados desde tierras manchegas. Animados por el aliento en las gradas, y con la racha que les ha catapultado hasta la sexta posición de la tabla, el Albacete salió enchufado y le jugó de tú a tú al Levante. Protagonizó, de hecho, múltiples aproximaciones al arco. Sobre todo a balón parado, aunque la más clara fue, en los primeros instantes de partido, de Juanma, quien desde la frontal del área, voleó un esférico que obligó a Dani Cárdenas a volar para impedir el primero del partido.

Partido Levante UD - Albacete Balompié en imágenes

La celebración de Bouldini antes de que le anularan el gol frente al Albacete / JM López

El combinado de Javi Calleja, consciente de los apuros a los que le sometió el rival, no tiró la toalla en ningún momento. Al contragolpe, con Jorge De Frutos y Cantero como principales proyectores de los arreones granotas, y, también a balón parado, se acercaron a la meta de un Altube que vio cómo Bouldini, en dos ocasiones, no abrió su cuenta por centímetros. Los mismos que le faltaron cuando, tras domar con el pecho un esférico bombeado por Jorge De Frutos, golpeó, a la media vuelta y con violencia, un balón que no se convirtió en una obra de arte por poco. No obstante, el marroquí llegó a superar al guardameta del Albacete, con un remate de cabeza gracias a un exquisito centro desde la derecha de Pepelu, pero los mismos centímetros que le faltaron en su primer intento, le sobraron para no caer en posición antirreglamentaria.

La acción del gol anulado dejó al Levante con la miel en los labios. Sobre todo, por el momento en el que llegó, ya que minutos antes de la diana, la expulsión de Maikel Mesa por doble amarilla, desacertada por parte del árbitro, dejó en inferioridad numérica a un Albacete que, en la segunda mitad, no tuvo más remedio que limitarse a defender las ofensivas de un equipo de Javi Calleja que no quería descolgarse del ascenso directo. Salió, de hecho, en tromba, tanto por los laterales como por dentro, al unísono de un Ciutat que jugó también su partido. La postura del combinado visitante obligó a buscar el gol por todos los medios y, sobre todo, a dar un paso al frente. Marc Pubill, desde lejos, ejecutó un disparo cuyo rechace, despejado por Altube, no aprovechó Montiel al enviar el esférico por arriba del larguero. El mismo Joni, minutos más tarde, quiso otra vez probar suerte, aunque su lanzamiento se topó con el lateral de la red, de la misma forma que Pepelu, desde la frontal, no anotó el primero de los suyos tras una gran intervención del ‘13’ del Albacete.

No obstante, los de Rubén Albes no renunciaron a meterle miedo a su contrincante. Djetei, con un disparo con la derecha, intimidó la portería de Cárdenas, a la vez que la intranquilidad, al igual que la ansiedad, sobrevoló a un Levante frustrado por todas las veces que, sin éxito, buscó el tanto de la victoria. Incluso, la suerte le dio la espalda, en el momento en el que Wesley Moraes, prácticamente a portería vacía, se topó con el torso de Ros. Un fallo que pudo adquirir una gravedad mayor si Bolivar, finalizando un contragolpe, hubiera mandado el cuero unos centímetros más abajo en su intento de buscar la escuadra. El Levante, imparable hasta que el Huesca se topó en su camino, continúa desorientado. Aturdido. Pero, sobre todo, enrabietado.