Playoff, 24 años después

El 27 de junio de 1999, el Levante subió a Segunda ante el Castilla tras ser primero en su grupo y el mejor en la liguilla de ascenso. El club afronta la promoción con el maravilloso recuerdo de aquella última vez

El Levante irá a Albacete con el maravilloso recuerdo de su útima vez en un playoff de ascenso.

El Levante irá a Albacete con el maravilloso recuerdo de su útima vez en un playoff de ascenso. / LUD

Rafa Esteve

Rafa Esteve

La promoción de ascenso a Primera División es la última bala que le queda al Levante para volver a la élite del fútbol español. Después de la temporada regular, a caballo entre el trayecto a remolque y las opciones desaprovechadas, el combinado de Javi Calleja se prepara para estar a la altura de las circunstancias y, sobre todo, para limpiar cabeza y ver el playoff como una oportunidad para poder resarcirse y demostrar que el potencial que atesora merece competir en la máxima categoría nacional. Según los precedentes en la categoría de plata en los últimos seis años, la tendencia no pasa por el tercer clasificado, pero el Levante está preparado para romper con las estadísticas. Y más, si echa la vista atrás y recuerda cuál fue el resultado de la última vez que se jugó sus cartas para subir de división.

24 años han pasado desde que el club levantinista disputó una promoción de ascenso. Desde aquel momento, ninguna subida de categoría se dio mediante un playoff, pero la última forma parte de los mejores recuerdos en la historia de la entidad. El 27 de junio de 1999, el Levante ascendió contra el Real Madrid B a Segunda División después de superar un periodo de competición exigente. A pesar de finalizar en la primera posición de su grupo en la temporada 98/99, el formato de la época resolvía los ascensos mediante una liguilla entre los cuatro primeros clasificados de cada una de las cuatro ligas que conformaban aquella Segunda División B. Al cuadro dirigido por Pepe Balaguer, con seis encuentros por delante en los que se enfrentó al Polideportivo Almería (cuarto del grupo IV), Real Madrid B (tercero del grupo I) y Bermeo (segundo del grupo II), le sobró uno para regresar a la categoría de plata tras vencer al filial blanco en su ciudad deportiva por 0-2, en un partido donde dos goles del delantero Fernando Sales desató la locura en las instalaciones del equipo madridista y en el que se le puso la guinda a un año que fue de menos a más.

Equipo y afición celebraron el ascenso en el Ciutat de València.

Equipo y afición celebraron el ascenso en el Ciutat de València. / LUD

El ascenso granota contó con un éxodo de 2000 levantinistas celebraron el éxito como si no hubiera un mañana. Motivos no le faltaron a la afición del Levante, debido a que, un año atrás, sufrieron un descenso dramático, consumado con jornadas de antelación y por el que pasaron cinco entrenadores que fueron incapaces de reconducir el rumbo de la situación. Además, aquella plantilla cuenta con similitudes totalmente comparables a la actual. Diseñada para ser un equipo dominador dentro de la categoría de bronce y para ascender sin sobresaltos, le costó arrancar al inicio del curso, pero, una vez dio con la tecla, fue escalando posiciones hasta quedar líder. No obstante, el ascenso tuvo que pelearse en una liga de cuatro equipos en el que arrolló por completo. Casi un cuarto de siglo más tarde, el Levante, con Javi Calleja a la cabeza, tiene el deber de honrar a aquellos futbolistas que no le tuvieron temor a una promoción de ascenso más dura que la actual. El deber de cumplir con la ilusión de volver a competir en la máxima categoría del fútbol español.