Esto no ha hecho más que empezar

Los de Calleja afrontan los playoff ante el Albacete con el objetivo de quitarse la espina de no haber terminado entre los dos primeros y, sobre todo, de demostrar cuál es su categoría

Los jugadores del Levante UD, durante un entrenamiento

Los jugadores del Levante UD, durante un entrenamiento / J. López

Rafa Esteve

Rafa Esteve

Al Levante le gusta el camino más largo. Complicarse la vida. 113 años de historia, con subidas y bajadas, demuestran que es un club que nunca lo ha tenido fácil. Tampoco cuando lo ha tenido de cara, tal y como sucedió en una temporada que, pese a que la racha de imbatibilidad postuló a los granotas a volver a la élite del fútbol español por la vía rápida, el tramo final, marcado tanto por las lesiones como por la ausencia de resultados convincentes, condenó al Levante a caer a un playoff temido a lo largo del curso, pero que ha adquirido tintes de ilusión. El conjunto de Javi Calleja, a pesar de la oportunidad perdida, va a por todas. Nada de lo hecho hasta ahora vale. Ni quedar en tercera posición, con las consiguientes ventajas que conlleva. La promoción de ascenso a Primera será la última bala para demostrar la categoría en la que merece competir el Levante la temporada que viene. No solo por el potencial de su equipo, sino por historia, valores y tradición. Atrás quedan tanto las décadas en el barro como los cursos en los que ni el cielo fue una limitación en Orriols. El futuro es ahora y pasa por subir a la élite. Sea como sea.

La primera piedra en el camino hacia la cima será el Albacete en el Carlos Belmonte. De los cuatro equipos clasificados para la promoción, el que más en forma aterriza a los playoff tras finalizar la temporada sin derrotas en los últimos siete partidos de competición. El conjunto dirigido por Rubén Albés, sin nada que perder después de superar las expectativas de un año donde el objetivo fue el de mantenerse en Segunda División, afronta el encuentro con ilusión y con la moral por las nubes, a la vez que su técnico despierta interés en otros clubes. Sobre todo en el Rayo Vallecano, que después de la salida de Andoni Iraola, pone sus ojos en el gallego para dirigir en Vallecas el próximo curso. Pese a la evidentes ganas que existen entre los seguidores del Albacete, ya que pugnan por ascender a una división que no alcanzan desde 2005, en el Ciutat de València no andan bajos de autoestima más allá de que jugar el playoff de ascenso no fue ni el escenario deseado ni el objetivo marcado. Ni mucho menos. El Levante ha reseteado, y aunque sea consciente de las dificultades que se encontrará, no escatimará esfuerzos ni especulará, sino que está preparado para la batalla. 

Pese a las oportunidades desaprovechadas, sobre todo en el último tercio de competición, el equipo no desprecia la promoción. De hecho, considera que se ha ganado el derecho de tener una segunda oportunidad. Por ello, afronta lo que le resta de curso con ambición y, sobre todo, con la intención de quitarse la espina de no haber terminado la temporada entre los dos primeros de la tabla. Calleja, listo para sacar la mejor versión de su plantilla en el tramo más decisivo del curso, viajará a tierras manchegas recuperando efectivos. Tras volver a contar con Roger Brugué, y de haber recuperado la dinámica competitiva después de coger minutos ante Villarreal B y Oviedo, el entrenador madrileño tendrá a su disposición a Rúben Vezo y Dani Cárdenas tras haber regresado de sus respectivas lesiones. Ambos fueron piezas trascendentales en la pizarra del técnico levantinista y apuntan a ser importantes en una promoción donde Calleja necesitará la mejor versión de cada uno, tanto sobre el terreno de juego como fuera del mismo.

Carlos Belmonte, primera de las cuatro finales

Una vez finalizada la temporada, el Levante es consciente de que su destino pasa por una promoción que arranca en el Carlos Belmonte. Escenario que ya fue capaz de conquistar en la ida y que contó con el apoyo incondicional de la afición levantinista, cuya presencia en los distintos estadios de la categoría de plata ha sido abundante y que, tal y como ocurrió en aquel 2-3, volverá a hacer acto de presencia en el campo del Albacete para dejar la eliminatoria en una posición de ventaja para la vuelta. 405 granotas alentarán al Levante en el que será un territorio hostil ante el buen ambiente que se prevé, pero donde la plantilla saldrá a dejarse la piel. A darlo todo por el escudo que defiende. Pero, por encima de todo, a ganarle a su contrincante.