El Levante se ha manejado como pocos en los últimos tiempos con el techo salarial de la LFP y está dispuesto a seguir haciéndolo. Mientras que son varios los clubes, entre ellos rivales directos, con serios problemas para completar sus plantillas por las rígidas normas de control económico, los granotas han cuadradado sus números para tener de alta las 25 fichas posibles y aun así disponer de un colchón por si las moscas que les permita continuar maniobrando. De hecho, a expensas de las posibles salidas, el objetivo es apurar lo máximo posible el tope, cuyo baremo no es fijo sino que fluctúa en función de variables.

En este momento, el Levante tiene un margen de unos 150.000 euros que podría aumentar, salvo novedades con Diop o alguna sorpresa, con la salida de los prescindibles Javi Jiménez y Nong. De este modo, no sólo quedarían dos fichas libres para nuevas incorporaciones sino que aumentaría el montante total para gastos en la primera plantilla. Como reconoció Mendilibar, quien declaró que "si viene algo que nos mejora, será aceptado", los técnicos están apurando el mercado, en especial para reforzarse con un lateral izquierdo y con otro delantero.

En este sentido, todavía sería posible aumentar el techo gracias a los ingresos por abonados, ingresos de taquillas, traspasos o contratos de patrocinio firmados, todas ellas variables en las que sigue trabajando el club, cuya principal fuente de ingresos son los más de 20 millones que percibe por sus derechos de televisión. La LFP, que exige la presentación de un presupuesto a meses vista a finales de abril, obtiene con estos datos un promedio de las últimas tres temporadas con el que establece el coste máximo para la plantilla de jugadores, que depende también de los gastos destinados al resto de estructura no deportiva.

El Levante está encuadrado en el grupo de equipos de Primera División que menos pueden gastarse en su primera plantilla, un tope que la campaña pasada osciló entre los 11 y los 14 millones de euros a los que prácticamente llegaron los granotas, por encima sólo de Rayo Vallecano y Valladolid. Entre los clubes de su rango también estarían Eibar, Elche, Almería, Córdoba o Depor.

Lo cierto es que pese a la gestión moderada impuesta bajo la presidencia de Quico Catalán, el Levante ha visto cómo el coste de plantilla -incluyendo cuerpo técnico, pagos a agentes y amortizaciones- aumentaba en las últimas temporadas, más que por fichajes, debido los contratos crecientes de los futbolistas de su columna vertebral.

Sanciones por incumplimiento

En caso de incumplimiento, la LFP contempla sanciones que pueden ir desde los 300.000 euros a la privación del pago de los derechos de la Liga (700.000 euros en Primera y entre 450.000-500.000 en Segunda). El extremo sería la expulsión de la competición para los clubes que no cumplan con la normativa.