Rubén no ha caído en el olvido, a pesar de ser uno de los descartes técnicos en Bilbao y quedarse los 90 minutos en el banquillo el pasado sábado en La Rosaleda. Por su indiscutible potencial, y por las angustias ofensivas mostradas por los granotas en las tres primeras jornadas, Mendilibar ya maneja su reinserción más o menos inmediata al equipo, que podría producirse en forma de minutos frente al Barça. El futbolista setabense, buque insignia del proyecto, ha recogido el guante lanzado por el técnico y con su actitud en los últimos entrenamientos está pidiendo una segunda oportunidad.

"No es cuestión de una acción, sino de semanas, del día a día, de los partidos. Está bien que hagan las cosas en estos partidos, que estén acertados, pero hay que ser constante, no es sólo una luz y ya está", argumentaba el de Zaldibar hace dos semanas, preguntado por la ausencia del '10' y de Ivanschitz en San Mamés. Lo hacía justo después del amistoso disputado en Almansa en pleno paro liguero, en el que ambos futbolistas disfrutaron de minutos y vieron portería. No les valdría, sin embargo, para actuar en La Rosaleda, donde El Zhar y Víctor oxigenaron la parcela atacante en la segunda parte por delante de ellos.

Mendilibar ha castigado el rendimiento del setabense en la recta final de la pretemporada, en la que llegó a darle algún toque de atención en la ciudad deportiva por su desempeño diario, que a su entender resultaba insuficiente. De hecho, su única aparición liguera fue partiendo desde la suplencia contra el Villarreal. Disputó los últimos 26 minutos del estreno en el Ciutat, el que fue incapaz de aportar la clarividencia o el desequilibrio que le requería el técnico para sacar algo positivo de ese partido.

La incómoda situación de Rubén contrasta con la que experimentaba hace poco más de un año. Entonces, con 20 recién cumplidos, era indiscutible en las alineaciones y equipos de distintas ligas europeas habían puesto ya sus ojos en él, quien justo en Vallecas, en la tercera jornada de la 13/14 (cuando comenzaría su calvario de molestias en ambas rodillas) firmó una actuación sublime, al alcance de muy pocos jugadores.

En el desborde en tres cuartos de campos, velocidad y talento del '10' hay depositadas muchas esperanzas de cara a este curso, empezado por el propio técnico. Este quiere devolver a todos los galones al internacional sub-21, que a la vuelta de vacaciones reconocía que ha dejado de ser un "niño" y debía adquirir aún mayor protagonismo tanto dentro como fuera del campo en su tercera temporada en la Liga BBVA. El proceso de madurez está resultando más costoso de lo esperado; el domingo y sobre todo en Granada, contra el equipo entrenado por Caparrós, su anterior técnico, el Levante y Rubén debería empezar a sacar la cabeza.

Al igual que no le llamó a capítulo para explicar el por qué de su ausencia en la convocatoria en Bilbao, que provocó un pequeño terremoto en el levantinismo, Mendilibar tampoco ha tenido un cara a cara con el setabense para exponerle sus intenciones futuras. De ahí que a Rubén solo le quede mantener la actual intensidad en los entrenamientos. Su llegada a puerta podría suponer un alivio para la sequía anotadora que arrastra el Levante en este inicio de curso, del mismo modo que su manejo del balón lo sería a la hora de generar juego; el técnico se quejaba en Málaga de que la posesión no le duraba a su equipo «ni tres segundos».

De extremo o media punta

Por su versatilidad, el internacional sub-21 amplía las posibilidades ofensivas que maneja el entrenador de Zaldibar. Este le empleó en pretemporada tanto pegado a algunas de las bandas, principalmente la derecha, como en la media punta. Fue en esa posición donde intentó asentarse en la elite de la mano de Caparrós, aunque su rendimiento más regular fuera como extremo izquierdo, en la temporada de su irrupción, de la mano de Juan Ignacio Martínez.