El Levante no renuncia a hincar el diente al líder, por complicado que parezca en su actual coyuntura. Esa es la mentalidad que emana en los últimos días del vestuario, a pesar de las bajas y de la inminencia de los duelos ante Granada y Rayo, rivales directos por la permanencia. Los granotas, que se reunieron ayer en torno a mesa y mantel después de entrenar, avalan su apuesta con el 1-1 del año pasado y la formula empleada hace dos jornadas por el Villarreal. En El Madrigal, el Barça vio cortocircuitado su juego y solo logró el triunfo en la recta final en un fogonazo de Messi rematado por Sandro.

Mendilibar y los suyos rumiaron la receta durante la comida de equipo celebrada en La Orza de Ángel, en Chiva, a pocos kilómetros de la ciudad deportiva. Fue la segunda de la actual campaña, primera con la plantilla al completo; la anterior había tenido lugar durante el paro liguero, con varios jugadores concentrados con sus respectivas selecciones.

En el agape estuvieron también presentes técnicos y empleados del primer equipo. Pagaron tres de los nuevos: Jesús, Toño y Rafael. El guardameta y el lateral izquierdo, ya que el brasileño cayó lesionado en Málaga, serán dos de los encargados de enfangar el encuentro y ponerlo lo más cuesta arriba posible para los intereses barcelonistas.

Sobre el papel, la idea a seguir es sencilla. Otra cosa es plasmarla sobre el césped. Hay que dificultar la circulación de los culés, a sabiendas de que estos reniegan de los extremos y mayoritariamente fluyen por el centro. El Villarreal lo logró juntando a Bruno, Trigueros y Pina en un trivote; la reincorporación de Diop, que ayer hizo trabajo físico extra a la conclusión de la sesión, pone en bandeja esa opción a Mendilibar. El senegalés se situaría junto a Camarasa y un medio centro de corte defensivo, ya sea Simao o Sissoko. Incluso Víctor Pérez podría tener cabida en esta alineación, que rematarían dos futbolistas de corte más ofensivo dedicados a incomodar a la zaga culé e intentar acabar con la sequía goleadora.

Esa concentración de centrocampistas llevará igualmente a los granotas a apostar por la posesión. El técnico aboga por revertir la situación producida en Málaga, cuando al Levante no le duró el balón «ni tres segundos» „en sus propias palabras„ y el rival atacó por momentos la portería de Jesús en oleadas. Allí, la notable actuación del meta y el desatino del rival permitieron arrancar un empate; por la pegada del Barça, con Messi, Neymar y compañía, se antoja irrepetible el guión el domingo.

El otro concepto clave es el de intensidad, recurrente en el discurso de Mendi. Los azulgranas, con lagunas en ese aspecto en el arranque liguero, tienen su propia puesta en escena de hace un año ante el Barça como ejemplo. Por lo visto en los entrenos, la lección parece aprendida.