Penúltimo, con siete partidos seguidos sin ganar a sus espaldas y un espinoso calendario a corto plazo, el Levante invita ahora a todo menos al optimismo. Aún así, Quico Catalán pospone el balance para final de curso y cree a pie juntillas en que ´Sí se puede´. Lo hace después de «mirar a la cara a los jugadores y ver lo que hicieron sobre el campo» en Elx -como expuso ayer, durante la presentación de José Mari- y, sobre todo, teniendo en cuenta de dónde viene el equipo. En octubre, cuando se produjo el relevo Mendi-Alcaraz, no era el único que temía que el equipo pudiera llegar a estas alturas de la Liga BBVA prácticamente desahuciado.

Aunque no con esas palabras, el presidente expuso que la permanencia parecía correr mayor riesgo a las pocas jornadas que una vez alcanzado el ecuador de la Liga BBVA, a pesar de que la situación clasificatoria sea muy similar. «Después de un cambio de entrenador y de tener muchos jugadores lesionados durante dos o tres meses, me quedo con lo positivo. Con todo lo que ha pasado, salvación está un punto», enfatizó Quico, «convencido» de que los granotas lograrán finalmente su objetivo. «Al final, con sufrimiento, vamos a salir. Hay que hacer un punto más que dos o tres clubes en 19 jornadas; un reto al alcance del Levante».

En ese intento por amarrar la salvación, el presidente advirtió estar «poniéndolo todo» a nivel económico para reforzar a plantilla en este mercado invernal. A su lado estaba José Mari, el primero de los fichajes, aunque hacía referencia más bien al ´9´ y al portero que al menos acabarán cayendo de aquí al 30 de enero, cuando acaba el plazo de incorporaciones. «Hay cosas avanzadas en distintas posiciones», se limitó a puntar, sin querer entrar en nombres propios. Ni él ni el director deportivo hablaron directamente de Riesgo, con el que ya hay acuerdo; o de Gilardino, Bergessio y Kalu Uche, principales opciones para la delantera,

«No ha habido un jugador en seis temporadas que se haya fichado que no haya sido propuesto por Manolo, ni lo habrá. Me iré del club sin salirme un centímetro de esa premisa», subrayó enérgicamente Quico, una vez que el de Faura había explicado que los refuerzos «son siempre por consenso» y que «en el mercado invernal hay que contar más si cabe con la opinión del técnico», en este caso Alcaraz, quien comparte agente con José Mari.

La puesta de largo del roteño se vio eclipsada por la actualidad deportiva y de fichajes del conjunto granota, de la que evidentemente también es protagonista. Una vez «sobrepasadas todas las expectativas» que tenía sobre el Levante en sus primeras horas en el club, el medio se enfrenta ya al reto de justificar su incorporación por lo que resta de temporada y la próxima. Llega a Orriols después de tres meses parado a la conclusión de la Major Soccer League, aunque su objetivo debería ser suplir de inmediato la ausencia de Diop, presente en la Copa de África. «Tenía una ilusión enorme por venir a este club, que tiene mucho por crecer», aseguró el propio futbolista.

«Soy un jugador de equipo. Aportaré muchísimo trabajo e implicación», recalcó el ex de Zaragoza o Colorado Rapids, quien se definió como «pivote defensivo al que le gusta tener el balón». «Me agrada el juego de toque, de posesión, pero sin alardes, siendo efectivo. Intento ser el enlace entre la defensa y la gente de arriba», comentó el andaluz, «seguro de que con la plantilla que hay», el Levante sacará esto -la lucha por la permanencia- adelante». Manolo Salvador dijo de él que es un «centrocampista tácticamente muy eficiente».