El Levante está dispuesto a pegar un arreón en los ocho días que quedan de mercado, ya que el único fichaje confirmado hasta ahora es el de José Mari. El club tiene en estos momentos varias vías abiertas, entre ellas las de Iván Ramis y Riesgo, además de salidas pendientes como Jesús, Héctor Rodas, Víctor Pérez e incluso Gavilán o Xumetra. Sin embargo, el tema capital sigue siendo el del delantero. En Orriols están pendientes de la negociación de los agentes de Kalu Uche para liberarlo del Al-Rayyan, requisito indispensable para cerrar el acuerdo. Tras dejar la concentración de pretemporada de los árabes, que siguen ejercitándose en Abu Dhabi, el posible nuevo delantero del Levante se encuentra en Barcelona a la espera de que se concrete un fichaje que continúa sin estar confirmado.

Kalu Uche se ha puesto a trabajar en solitario para no perder comba y llegar lo más en forma posible, ya que estaba a mitad de pretemporada a las órdenes de Manolo Jiménez en el Al -Rayyan. Aprovechando su estancia en la ciudad condal, su primer y también último lugar de residencia en España de su paso por el filial primero y por el primer equipo del Espanyol después, ha pasado por la consulta de una conocida clínica podológica de la Avenida Diagonal. Allí se sometió a un estudio biomecánico para que le fabriquen unas plantillas y unas espinilleras personalizadas. Si no hay sobresaltos, las estrenará como granota, aunque su fichaje se mantiene en una fase de cierto suspense.

Desde Orriols insisten en que no puede darse por cerrado el fichaje pese a la existencia de un principio de acuerdo con el futbolista. De hecho, entre las vías abiertas hay más delanteros por si el tiempo se echa encima. La operación de Uche continúa pendiente de que quede libre y de que su transfer internacional llegue a España. Pese a haber trasladado que no habrá problema, sus representantes siguen negociando un acuerdo amistoso con el Al-Rayyan. Los árabes le adeudan alrededor de 650.000 euros de la temporada pasada y en el peor de los casos estaría en condiciones de denunciar ante FIFA su contrato por «causa justa», un trámite que podría demorar varias semanas la llegada de su licencia provisional. Durante ese periodo no podría ser alineado.

El acuerdo con el Levante está encarrilado hasta final de temporada con opción a una segunda en función de objetivos, pero no se cerrará hasta que su transfer esté en València. Y, sobre el papel, la fecha tope es el 30 de enero. Con menos de medio año por delante, se trata de evitar cualquier contratiempo con su transfer si FIFA interviene. Hace dos años, el de Barral llegó sobre la bocina para el debut liguero después de todo un verano sin que llegara tras su denuncia al Orduspor, que también le debía dinero. Kalu está dispuesto a perdonar el año de contrato que le queda en Catar a razón de 1,5 millones, pero por ahora no a renunciar a lo que le deben. Su contrato en el Levante será más modesto, en especial el correspondiente a lo que resta de curso.

Alternativas aún abiertas

Pese a haber abandonado ya el stage de de su todavía equipo en Abu Dhabi, Kalu Uche se retiró del último amistoso con molestias. En plena pretemporada para él, según los informes médicos que han llegado al Ciutat, se trata de una simple sobrecarga. Físicamente tiene que coger el ritmo cuando se ponga a las órdenes de Lucas Alcaraz, pero por lo demás no tiene ningún problema. Para su adaptación es positivo que conozca el nivel de la Liga de su etapa en el Espanyol y el Almería, donde ya lo entrenó Lucas Alcaraz.

A la espera de novedades, lo cierto es que el Levante no ha dado carpetazo totalmente a las alternativas para el ataque en las que venía trabajando, si bien es cierto que tanto con Bergessio como con Gilardino ha aflojado el pistón. Mientras que el primero continúa en la Sampdoria, donde ha encadenado titularidades, el segundo está ahora en la órbita del Cagliari, aunque deshojando todavía la margarita. En lo que al ‘nueve’ se refiere, y a expensas de que no se concrete ninguna oferta de traspaso por Rafael, el Levante se mantiene dispuesto a hacer el mayor esfuerzo a su alcance, algo que en su momento fue insuficiente para convencer a Oriol Riera primero y a Javi Guerra después.