El Levante no sólo está jugándose estos días la salvación deportiva. Y es que en Orriols tienen claro que la económica pasa por el nuevo reparto de los derechos de televisión. Tras el apretón conjunto de Liga y Federación al gobierno, Quico Catalán está posicionado a ultranza para que se apruebe el Real Decreto que dé luz verde al acuerdo para la venta centralizada. Con el nuevo modelo, el club pasaría de ingresar 20 millones „el 60 por ciento del presupuesto„ a un mínimo que rondaría los 40, casi el doble con los cálculos que se manejan. En este escenario, la deuda desaparecería de un plumazo, lo que siguiendo en Primera despejaría el camino hacia un modelo de club más ambicioso.

El próximo junio el Levante tendrá una deuda de unos 32 millones, la tercera parte de los 88 que arrastraba del convenio de acreedores, mientras que a partir de 2018 apenas quedará la obligación de 1,5 por ejercicio durante los siguientes 20 años gracias a la refinanciación con los bancos. Todo ello sin necesidad de vender el Ciutat y estando desde 2019 al día con Hacienda, a la que en julio se pagarán 16 kilos al contado gracias al traspaso de Keylor.

El Levante, como club modesto, estaría entre los principales beneficiados por este reparto más equilibrado, ya que se calcula que el ratio actual bajaría del actual 1 a 6,5 a 4,5 o incluso 3,5. Es decir, que Madrid y Barça pasarían de cobrar siete veces más del que menos a poco más que el triple. Con un bagaje de 6 años en Primera División y la trayectoria de las últimas temporadas, en el Levante confían en que se podrían desmarcar económicamente de algunos de sus rivales directos, si bien también tienen claro que para la clase media-alta de la Liga el salto será mucho menos significativo.

El nuevo modelo entraría en vigor en la temporada 16/17, aunque desde Orriols se especula con que si el Real Decreto entrase pronto podría dar tiempo incluso a que se activara para la próxima temporada. Es, en todo caso, una hipótesis peliaguda, ya que implicaría romper acuerdos firmados para la 14-15.

Con el modelo de venta centralizada se mantendría igualmente la ayuda al descenso, que fue el principal motivo por el que años atrás el Levante se alineó en la guerra de la tele junto a Barcelona, Real Madrid, Atlético y Valencia „antes de que el entonces presidente Llorente se desmarcara del mismo„. Con aquel acuerdo, pese a las acusaciones de plegarse a los deseos de Florentino, lo cierto es que el Levante cuadruplicó sus ingresos. A día de hoy se defiende que aquella salida fue la menos mala entre todas las posibles, ya que en caso de descenso la ayuda de hasta 7 millones se habría disparado a 15. Actualmente son 27 a escote entre los que bajan.

Sobre una bolsa de unos 800 kilos, el 10 por ciento se destinarían a Liga Adelante y el 90 restante se repartiría así: 50 de forma lineal, 25 por resultados deportivos y otros 25 por implantación social o generación de recursos sin que nadie se lleve más de la quinta parte. El primer año el Barça y el Madrid se llevarían el 50 por ciento, al estilo actual, pero a partir del segundo el porcentaje de crecimiento se repartiría entre la clase media y baja.