A poco que le pusieran un poco de imaginación, más de uno pudo haber visto al mismísimo Al Pacino en el vestuario local del Ciutat en los prolegómenos del encuentro del pasado viernes frente al Eibar. Esa era el espíritu: motivar a los jugadores granotas con el famoso discurso empleado por este en ´Un Domingo Cualquiera´. Había que sacar adelante como fuera esa nueva batalla en la encarnizada lucha por la salvación, como en los anteriores duelos en casa se había hecho contra Granada o Málaga.

En un folio, los pupilos de Alcaraz leyeron las palabras que desencadenan el triunfal desenlace del último partido de la citada película. Cuatro minutos de charla recogidos en una hoja que pasó de mano en mano y que surtió el efecto esperado. El equipo, como en la ficción, salió totalmente enchufado al campo y acabó ganando. En este caso, a los armeros, quienes se han visto inmersos de lleno en la pelea por la permanencia a consecuencia del resultado, que a su vez ha sacado a los azulgranas del descenso por primera vez en dos meses.

"Estamos en el infierno, caballeros. Creedme; o nos quedamos aquí dejándonos machacar o luchamos por volver a la luz", espeta Al Pacino al principio de su alocución a sus jugadores, Esa, como otras de sus frases, han pasado al imaginario colectivo. Por ejemplo, el «sé que si queda vida en mí es porque aún quiero luchar y morir», con el que se desencadenan los gestos de efusividad en el vestuario de los Miami Sharks, equipo de fútbol americano comandados por Tony D'Amato (el personaje que interpreta Al Pacino), que se encuentra en apuros, con varias derrotas consecutivas, falta de público y héroes en el ocaso de sus carreras.

La charla parece hecha casi a medida para los granotas. Solo habría que cambiar el famoso «pulgada a pulgada» por punto a punto. Aunque no es el Levante el primer ni será el último equipo de fútbol en utilizarla como estímulo previo a un partido. Quique Sánchez Flores echó mano de la misma en la previa de la final de la Europa League que el Atleti disputó (y posteriormente ganaría) al Fulham en 2010.

"O nos curamos ahora como equipo o moriremos como individuos", refuerza la que debe ser la película de la permanencia del conjunto granota, con el sentimiento colectivo como principal valor. Ya hace semanas que casi se subraya desde todos los estamentos, en virtud de la renacida campaña de ´La Unión es la Salvación´. Al calor de esta, los jugadores ya habían tenido su ración extra de motivación semanas antes. Juanfran había recopilado los mensajes de sus familiares para exhibirlos en video en la concentración previa al duelo ante los malaguistas; esta, para el Levante, entonces colista, suponía una auténtica final.

Menos trascendental se presenta ahora la visita al Bernabéu, donde a priori los de Alcaraz tienen todas las de perder, pero no renuncian a sumar y lograr un botín inesperado para amarrar la continuidad en la Liga BBVA. Para la cita del domingo no hará falta ningún tipo de acicate anímico extra, por la importancia del escenario en sí. Solo una vez, pero el Levante ya sabe lo que es ganar allí. Lo hizo en la temporada 06/07, con un solitario gol de penalti de Salva. Desde entonces acumula cinco derrotas consecutivas en el feudo madridista.