Está descartado y esta vez definitivamente, sin marcha atrás. Feddal no jugará en el Levante después de que la negociación se rompiera sobre la bocina el miércoles, a sólo unas horas de su llegada a València. El intento del marroquí y de sus abogados de volver a cambiar los términos del principio de acuerdo alcanzado antes de que se subiera al avión han sido la gota que colma el vaso para un club que ahora ha vuelto a abrir el abanico en lo que a la búsqueda de centrales se refiere.

El central y su entorno mantienen que estaban de acuerdo con la oferta del Levante y que por ese motivo el jugador había viajado desde Tetuán para firmar. Los azulgranas, de hecho, habían accedido a que el contrato fuese de tres temporadas fijas en vez de dos más una opcional, otro de los detalles de un acuerdo con el que desde el club se hacía un generoso esfuerzo debido al interés de los técnicos y su condición de agente libre. Sin embargo, a mitad de camino la entente se fue al traste, según fuentes de la operación, debido a una serie de cláusulas que Feddal y sus abogados quisieron renegociar, un tira y afloja en el que el Levante ya no quiso entrar.

Tras romperse el fichaje por primera vez hace dos semanas, el Levante retomó el interés en Zou Feddal por otras vías y acabó pactando un fichaje por el cual el marroquí se habría convertido en uno de los mejor pagados de la plantilla. Precisamente por ese motivo su cláusula de rescisión iba a ser de 12 millones y la mitad en caso de descenso, similar a otros futbolistas cuyos sueldos también se reducirían con esa hipótesis. Feddal, que también quería reservarse más trozo por un futuro traspaso, tensó demasiado la cuerda al querer cambiar esas cantidades y la operación se truncó debido a que ya llovía sobre mojado.