A estas alturas, su currículo y la confianza del club están «por encima» de las críticas. Dice lo que piensa y se ríe de quien le cree culpable, sea cual sea el delito. El inconformismo y el levantinismo le pueden, como las ganas de exprimir cada día como si fuera el último en activo.

Hay quien lo daba por imposible semanas antes, pero al final Juanfran sigue un año más. Enhorabuena.

Pues gracias, la verdad. Cuando no estaba jugando, yo también llegué a pensar que iba a ser mi último año. El caso es que el míster me dio la oportunidad en el tramo decisivo de la temporada y los resultados empezaron a salir; al final, conseguimos el objetivo y eso creo que hizo que se viera de otra forma mi continuidad.

­¿Considera justas las valoraciones a su rendimiento y renovación? Se ha sido crítico con ambas cosas.

¿Qué quiere que le diga? Sobre todo un sector de la prensa local, que no nacional, me ha criticado no sé si porque he estado jugando menos o por qué. Al final he disputado 20 partidos completos, que es una buena cifra teniendo en cuenta que me lesioné en pretemporada y de no hacerlo hubiera jugado siete u ocho más.

Esa lesión a la que alude, la famosa tendinitis rotuliana, le hizo pensar por segunda vez que su carrera se había acabado. Ya en 2012 le había pasado algo similar.

Al principio, no. En la segunda prueba sí que se vio que la lesión era más grave de lo que se pensaba, además luego volví a recaer y el doctor Cugat me dijo que debería tener muchísimo cuidado. A partir de ahí sí que pensé que posiblemente no volvería a jugar o no lo haría en plenitud de condiciones. Sin embargo, afortunadamente el tiempo y el esfuerzo que hice me permite estar bien.

¿Está al 100 por 100 físicamente? ¿Totalmente limpio, por así decirlo?

Lo que es limpio, no. Tengo unas pequeñas molestias que no me impiden hacer nada. Hace dos temporadas ya me pasaba lo mismo. Además, el jugador profesional siempre tiene molestias, no está al 100 por 100, porque en la elite debemos trabajar fuerte y eso se paga.

A nivel físico creyó que ya no volvería a ser el mismo. ¿Mentalmente también hubo algún momento en que pensó que lo mejor era irse a casa?

La ilusión no la he perdido nunca ni la voy a perder. Pero cuando ves que las fechas de vuelta se retrasan y se retrasan, obviamente tu moral baja; de la misma forma, cuando el tratamiento empieza a funcionar, sube poco a poco.

¿Por qué cree que le ha renovado Manolo Salvador, con el respaldo del entrenador? ¿Qué puede aportar?

Es feo decir por qué renuevo o no. Lo que tengo muy claro es que puedo aportar muchísimas cosas. Cuando dos entrenadores diferentes, como Caparrós y Lucas, han tenido la decisión en sus manos y han dicho que ´sí´ será por algo.

Alcaraz ha acabado partiendo una lanza por usted pero no hace tanto lo tenía sentado en el banquillo.

No valoro eso, como tampoco lo hago cuando juego; no pido explicaciones en ningún momento.

En torno a usted se ha generado una leyenda negra en los últimos meses: se dice que fue el impulsor de la destitución de Mendilibar. ¿Tanto poder tiene el capitán del Levante?

Me río de eso. Si hay algún jugador capaz de eso, debe tener mucho renombre a nivel mundial... Y creo que yo no soy ese. El único poder que tiene Juanfran es el que le otorgan los compañeros a la hora llevar el vestuario todos juntos. Quien quiera puede llamar a Mendilibar y aclarar las dudas.

¿Sueña con el final de la investigación del Levante-Zaragoza?

Ya no sé que pensar de eso. Si antes decía que no me siento cómodo con el trato de cierta prensa local es porque creo que en cierta manera no se valora lo de casa. Nadie ha podido demostrar hasta ahora que me he dejado ganar o perder y ya he sido juzgado por todos; estoy seguro que el asunto no irá más allá porque no hubo nada... Mi carrera está impoluta, pero en lugar de destacar que llevo 20 años de profesional; que he jugado un Mundial; que me he recorrido todas las categorías del fútbol, desde Segunda Regional a Primera División, se habla de otras cosas. Por suerte para ellos, a otros de los compañeros imputados no les recuerdan constantemente el asunto en las ciudades en las que están.

Llama la atención, es cierto, y quizá porque es usted el único superviviente de aquella plantilla, que sobre usted se cargan mayoritariamente las tintas y las dudas sobre lo sucedido en el levantinismo.

Hay excompañeros que están en equipos importantes en cuyos clubes el tema no se toca, a los que aquí nunca se les relaciona con la investigación a diferencia de lo que pasa conmigo. Eso me duele.

Y aun con todo ese lastre, el club le ha ofrecido este año extra€

Yo siempre lo he dicho. Cuando me preguntan si Quico y Manolo confían en mí, la respuesta es que año tras año me han renovado el contrato; incluso en el momento más crítico, hace dos temporadas, cuando salieron compañeros del club en circunstancias similares.

Renovado está, sí, pero viendo los movimientos que está haciendo el Levante en el mercado parece que partirá con el rol de suplente. Lo digo porque se están buscando dos centrales de solvencia probada.

Un reto que me motiva. Estoy acostumbrado. Si sigo a estas alturas en la elite es porque ningún año me lo han puesto fácil y he acabado jugando, a pesar de partir como suplente. Tengo que pelear por el puesto; evidentemente que van a traer dos centrales, y ojalá sean buenos. Partiré con el rol de suplente, pero nadie en el contrato tiene asegurada la titularidad.

Hablando de fichajes. ¿Qué opinión le merecen los dos que se han hecho públicos? Rubén y Verza, quien incluso agradeció públicamente que usted le hubiese llamado.

La llamada es ya una costumbre para dar la bienvenida, pero le agradezco el detalle. Verza es un jugador ya con poso en Primera y rendimiento contrastado, que creo que vendrá bien. En cuanto a Rubén, a mí me gusta mucho. Creo que va a sorprender con su rendimiento.