A sus 25 años, Nabil Ghilas ha llegado para convertirse en un referente en el ataque levantinista.«Quiero hacer muchos goles esta temporada», dijo en su presentación. Y, de momento, está cumpliendo con creces las espectativas creadas con su llegada. De hecho, con tres tantos en cuatro partidos, está siendo el protagonista de la pretemporada del Levante. Ante Zwolle demostró que ahora mismo está centrado; que quiere superar con la camiseta azulgrana la barrera de los 16 goles que marcó con el Moreirense portugués, y que esos tantos que le sirvan para olvidar su turbio pasado por el Córdoba, la temporada pasada. De momento, este Ghilas no tiene nada que ver con el que vistió de verdiblanco. El argelino recuerda ahora más al tipo fuerte que, con 14 y 15 años se dedicaba al boxeo y vacilaba a los Ribery, Zidane y compañía, con los que casualmente disputaba partidillos veraniegos en Marsella junto a su hermano, también futbolista profesional, Kamel Ghilas.

El francés de origen argelino es una persona tranquila que dedica las tardes a jugar a las videoconsolas y a ver películas, y amante del deporte desde muy temprana edad. Siempre le ha apasionado jugar a baloncesto y fútbol. En el deporte rey, de hecho, siempre ha ido de la mano de su hermano, seis años mayor que él. Así conoció a Ribery, Zidane y Nasri, entre otros. Acompañando a Kamel en las ligas de verano de Marsella. Sin apenas experiencia, se enfrentaba a ellos como si de un futbolista profesional más se tratara. No les tenía miedo. Es más, era él quien imponía respeto a los que por aquel entonces -hace ya más de diez años- eran referencias del fútbol a nivel internacional.

A Ghilas le gustaba el fútbol, pero su verdadera vocación era el boxeo. Y su desarrollo muscular da cuenta de ello. Llegó a practicar este deporte a gran nivel hasta que alcanzó los 17 años. Es decir, cuando iba a comenzar a participar en competiciones oficiales, en las cuales su integridad física ya corría un peligro mayor. Porque por aquellas fechas los agentes de su hermano vieron ya se habían fijado en él, ya habían detectado que pese a su corpulento cuerpo, tenía talento, fuerza y velocidad en las piernas. Tenía futuro en esto del fútbol.

Habilidades que ha demostrado en los partidos amistosos que ha jugado hasta ahora con el Levante y que hacen prever que esta será una gran temporada para el argelino, que llega al Ciutat de Valencia en calidad de cedido por el Oporto. Solo han pasado dos temporadas desde que el delantero destacase notoriamente en el Moreirense y el fútbol portugués se fijara en él. Llegó a València con mucha ambición y dispuesto a ganarse la confianza del cuerpo técnico y de sus compñeros. De momento, lo ha hecho. Si sigue así, este Ghilas se convertirá en el ‘noqueador’ del Levante, en el auténtico ‘Rocky’ de Orriols.