En Orriols trabajan a marchas forzadas para contar con otra cara nueva a la vuelta de la estadía de Ermelo. De allí regresó este jueves el director deportivo, cuya aspiración era tener la plantilla casi cerrada a finales de julio e intentará demorarse lo menos posible en ese sentido. Manolo Salvador maneja opciones para varias posiciones, aunque es el eje de la zaga lo que más urge. La derrota ante el Bayer Leverkusen y la carestía refuerzan la necesidad de la llegada de centrales.

Descartadas las primeras posibilidades que se pusieron sobre la mesa, como Sidnei, Velázquez y más recientemente Feddal, el «margen de error es mínimo». Ese es el mensaje oficial que emana desde el Levante, donde de puertas hacia adentro entienden que la llegada de defensas no se puede demorar en exceso. Después de media pretemporada, Alcaraz cuenta todavía con David Navarro y Juanfran como únicos jugadores específicos en la primera plantilla.

El interés por Trujillo se mantiene latente Trujillo, a pesar de las elevadas pretensiones del Almería por su traspaso. Este se situaría en torno al millón de euros, cantidad que inicialmente no estaba dispuesto a abonar el club. El paso del tiempo y el gusto de los técnicos por el futbolista podrían acabar variando la postura de los granotas.

Manolo ha aprovechado su estancia en la concentración en tierras holandesas, a donde acompañó el lunes por la tarde al cuarto fichaje, el brasileño Deyverson, Deyverson, para intercambiar impresiones personalmente con el técnico. También en Ermelo se encuentra Miguel Ángel Ruiz, consejero con más ascendencia deportiva. Sobre la mesa, además de la incorporación de dos centrales, está la llegada de uno o dos jugadores de banda y un portero. La posibilidad de firmar a un lateral (ya sea zurdo o derecho) para dar salida a Nikos y Pedro López no preocupa actualmente.

Sin obligación de ‘coste cero’

El aumento de los ingresos por televisión en cerca de siete millones ha permitido realizar un desembolso de 1,8 millones de euros por Deyverson -el más importante desde que Quico llegase a la presidencia en 2009-, sin que este suponga una cortapisa para otras operaciones de similar calado. El Levante apuesta por dar «un salto de calidad» en la política de fichajes, después de haber pagado apenas 650.000 euros en los anteriores cuatro veranos por traspasos. Entonces se imponían los refuerzos a coste cero, ahora ejemplificados en Verza, Rubén y la cesión de Ghilas.