El Levante continúa siendo fiel al gafe que tiene en general con la primera jornada y en particular con el Celta, que ganó por cuarta vez consecutiva en Orriols. Sin embargo, de todos los escenarios posibles en los que podía producirse, la derrota fuebenigna. Sobre todo por inmmerecida. Y es que, pese a jugar en inferioridad numérica desde el minuto cuatro, dio la cara, se sobrepuso a las adversidades y tuvo a tiro el empate hasta el último tramo. Pese a no sumar, las sensaciones fueron buenas e invitan al optimismo. Sin duda hay mimbres y buenos visos de mejora.

De Burgos Bengoetxea, que se estrenaba por cierto en la categoría, fue el protagonista. A las primeras de cambio expulsó sin vacilar a Simao Mate, una decisión tan traumática como justa más allá de que luego fuera menos tajante con otros rifirrafes. Al mozambiqueño se le peló el cable y delante del trencilla chafó a Iago Aspas. Una acción sin trascendencia que de golpe y porrazo marcó a fuego todo el partido.

Y eso que el Levante puso mucho de su parte para cambiarle el guión. Tanto que a la media hora se adelantó en el marcador con un gol totalmente legal en el que esta vez Bengoetxea metió y mucho la pata. Deyverson, con mucha movilidad y destellos más que interesantes, marcó a la salida de un córner aprovechándose de un guitarrazo de Rubén Blanco, pero la interpretación del árbitro fue que le hizo falta. Un error sin discusión. Si acaso, lo que hubo fue penalti al brasileño, que ya se las venía teniendo tiesas con el exlevantinista Cabral. De ahí saltaron chispas.

Lejos de venirse bajo, el Levante no se descompuso, lo que ya fue una de sus virtudes la temporada pasada a las órdenes de Lucas Alcaraz. Más allá de las instrucciones tácticas a Verza para que echara un ojo atrás, el entrenador no varió nada después de la expulsión. La tan controvertida zaga de cinco se quedó en cuatro y, aunque lógicamente con menos del 30 por ciento de posesión, plantó cara en defensa y salió rápido a la contra. Tener a una referencia como Ghilas para arrancar fue mano de santo.

Había explicado Lucas durante la semana que con laterales ofensivos como Iván López y Toño no estaban de más los tres centrales y pese a que a la postre se quedaron sólo Trujillo y Juanfran al frente, lo cierto es que fue por los costados por donde más pupa hizo el Celta. No en vano, por ahí llegaron los goles. El primero por la derecha y el segundo por la izquierda, culminado por desgracia con un autogol de Iván que fue la antesala de su sustitución por Morales.

Entre medias de los goles celestes, sin embargo, el Levante tuvo el pico alto del de Verza. Un señor gol de falta directa, perfectamente colocada a la escuadra. Pese a no tratarse de una de sus especialidades, el alicantino trazó una gran parábola para que el balón superara la barrera y se colara adentro. Fue el mejor momento para los azulgranas, que empataron cuando parecían condenados y le dieron otro aire al partido hasta el mazazo del 1-2, para el que prácticamene no hubo réplica. Se intentó exprimir el descuento, que se fue a los siete minutos por la lesión del portero del Celta y que aun así supo a poco por los cambios. No hubo manera ni sobraba precisamente fuelle.

El partido habría sido distinto en igualdad numérica, pero resulta digno de mención que pese a la derrota el equipo tuviera mejores trazas empezando por la portería, pasando por el trivote y terminando por la delantera. Es cierto que faltan cosas por ajustar y sobre todo errores de esos no forzados como el de Simao que no se deben repetir, pero también lo es que ayer se juntaron demasiados accidentes. Pese a no sumar, a un Levante así se le intuye recorrido.

- Ficha técnica:

1 - Levante: Rubén, Iván López (Morales, m.79), Trujillo, Simao, Juanfran, Toño, Camarasa (Rubén García, m.81), Verza, José Mari (Víctor Casadesús, m.71), Deyverson y Ghilas.

2 - Celta: Rubén Blanco (Néstor, m.85), Hugo Mallo (Guidetti, m.69), Fontás, Cabral, Jonny (Planas, m.90), Augusto, Pablo Hernández, Waas, Orellana, Iago Aspas y Nolito.

Goles: 0-1, m.41: Orellana. 1-1, m.56: Verza. 1-2, m.78; Aspas.

Árbitro: De Burgos Bengoetxea (comité vasco). Expulsó a Simao (m.5) con roja directa. Amonestó por el Levante a Morales y por el Celta a Jonny, Fontás y Guidetti.

Incidencias: partido disputado en el estadio Ciutat de València ante 11.700 espectadores.