Ahora que la afición ha perdido la paciencia con Ghilas, el entrenador se ha puesto de su lado. Es el único delantero inédito de cara a puerta en competición oficial, pero eso a Rubi no le quita el sueño. A este le vale con el positivo cambio de actitud que ha detectado en él a lo largo de las últimas semanas, que tuvieron su presencia en el once de San Mamés como premio. Cree en el francoargelino, así como en su propia capacidad para sacar todo el máximo rendimiento a un futbolista a priori llamado a marcar diferencias en ataque, y que hace apenas un mes tenía un pie fuera del club a las primeras de cambio.

El de Vilassar de Mar es el primero que no descarta públicamente la posibilidad de firmar un atacante en el mercado; se ha dado de margen hasta después del partido del Atleti para decidir, junto a Manolo Salvador, al respecto. Y al mismo tiempo considera que pocos refuerzos invernales pueden mejorar al Nabil de las grandes noches. El problema es que en Orriols, por desgracia, todavía no ha ofrecido ninguna. La grada ya la ha tomado con él en alguna oportunidad antes del paro navideño por su falta de acierto y aparente desidia en ciertas acciones.

Sendos mano a mano, marrados ante el Espanyol (en Copa) y en el citado duelo en Bilbao, han despertado las críticas hacia Ghilas en el levantinismo. Para Rubi, sin embargo, se presentan como dos pruebas de su paulatina mejoría, justo en una época en la que al equipo le está costando más de la cuenta generar opciones de gol. El técnico le considera muy aprovechable para la causa, y apuesta porque más pronto que tarde acabará con su sequía de cara a puerta: son ya casi diez meses sin marcar en competición oficial, si se cuenta también el tramo final de la pasada campaña, cuando Nabil se encontraba cedido en el Córdoba.

Su titularidad frente a los leones podría tener continuidad el miércoles, en el trascendental duelo ante el Málaga en el Ciutat. Curiosamente, en la 14/15 y como local, fue ante los costasoleños como estrenó su cuenta realizadora en el fútbol español. También el Atlético, siguiente rival del Levante, se le dio bien al delantero: firmó su único doblete en la Liga BBVA en el Vicente Calderón.

El francoargelino, cuyo estado de forma puso en entredicho incluso el propio Rubi tiempo atrás, suma 780 minutos como granota, entre Liga y Copa del Rey. Únicamente su asistencia de gol a Deyverson ante el Villarreal ha sido de provecho, a pesar de tratarse el segundo delantero más utilizado entre Alcaraz y el actual entrenador azulgrana, apenas superado por el brasileño, en lo que va de curso.

Ghilas, no solo el Levante, se jugará mucho en los próximos seis meses. Cedido hasta junio, con una opción de compra de ocho millones de euros, su contrato con el Oporto acaba en 2017 y en Orriols cuenta con una oportunidad única para reivindicarse. Su pletórico aterrizaje en pretemporada, con goles incluidos, hicieron presagiar un periplo exitoso; la realidad ha sido bien distinta por el momento, de tal manera que tanto el club como él mismo han contemplado la opción de zanjar su vinculación prematuramente en enero.