Hasta el cambio de Ghilas, y ante un Barcelona en su versión más terrenal, el Levante cumplió lo que perseguía Rubi durante la semana cuando se quitó de encima el complejo de inferioridad de un arranque atenazado. Tomando nota de los errores del 7-0 del vecino, el técnico catalán insistió a su manada en la necesidad de reducir los pasillos interiores para que Messi no encontrara líneas de pase en condiciones ni Neymar a ese socio al que devolverle la pared. Cumpliendo estos dos objetivos, estaba convencido de que Luis Suárez tampoco se iba a sentir tan cómodo. Aunque pudiera sonar a ´sobrada´, la pretensión de Rubi era llegar al descanso con ventaja o, por lo menos, aguantando el 0-0 el máximo tiempo posible y aprovechando el momento dulce de los tres de arriba, con libertad de movimientos para reventar la lógica. No fue por mérito culé sino por un gol en propia puerta de David Navarro, sobre quien rebotó un centro de Jordi Alba para descolocar a Mariño.

«A ese nivel va a ser muy difícil quitarlos del campo. Otra cosa es en qué posición jueguen», reconocía Rubi al final del encuentro en referencia a Morales, Deyverson y Rossi. Son el tridente de la salvación. Con el 0-1, el Levante se reajustó, plasmó el trabajo defensivo de la semana, y empezó a vivir el partido donde le gusta, en campo contrario. Bien replegado, sin la fragilidad en los costados, buscó la velocidad y el Barça lo pasó mal, sobre todo Dani Alves. Un ADN reconocible, el que el Ciutat agradece y recompensa. El físico todavía no le da a Rossi para el contragolpe, pero sí que está en todas las vertientes de la creación. Es el eslabón primordial de la cadena ofensiva, el jugador que ofrece el criterio. Un espectáculo para la vista. Un lujazo para un equipo en situación de emergencia. Es el líder en el camino hacia la permanencia, con dos aliados de máxima confianza.

A ellos tres y al crecimiento imparable de Jefferson Lerma „físico y presencia„, que será baja por sanción ante el Eibar de José Luis Mendilibar, se aferran en Orriols para firmar una segunda vuelta espectacular en las 15 finales que restan, con el lastre de los cinco puntos de desventaja con el descenso. La ovación que se llevó el equipo al descanso „espectacular pese a ser más colista„ muestra que nadie ha tirado la toalla. Incluso que hay más argumentos para creer en que el despegue comenzará a partir del domingo en Ipurua. «Nuestra Liga empieza ahora. Mi labor es que el equipo siga creyendo en que nos vamos a salvar», destacaba Rubi. Pero igual que el Ciutat se manifestó para ensalzar las virtudes de un colectivo atrevido y que se dejó el alma por el milagro, también le propinó una tremenda pitada al técnico por sentar a Deyverson y apostar por Ghilas, sentenciado desde hace tiempo por una afición irritada por su indolencia. El Levante se vino abajo con los relevos, una vez más. Tampoco Víctor Camarasa y sobre todo Mauricio Cuero sostuvieron al equipo. El Barça nunca quiso gastar más de lo necesario, coqueteó con la exigua ventaja y respiró cuando los granotas se quedaron sin sangre ni gasolina.

Sin Deyverson, sin campanada

El cambio era Rossi, que estaba agotado, bajo mínimos, todavía más cuando Luis Enrique decidió que Busquets fuera su sombra. Al final, el sacrificado fue Deyverson, una pesadilla hasta ese momento aunque no pusiera a prueba a Claudio Bravo. Las opciones que tuvo quiso concretarlas con remates acrobáticos. Su impulsividad, esta vez con control, puso en jaque a Piqué, Mascherano y, principalmente, a Jordi Alba, a quien una y otra vez buscaba „y ganaba por alto„ en cada saque de puerta de Diego Mariño. Lo pone todo en el campo y además estuvo centrado. En esa ruleta rusa que es ´Brincadeira´, tocaba la mejor versión. Entre su locura, hay una evidencia: que tiene gol. Además se entiende muy bien con Rossi y con el comandante Morales. Al italiano lo seguía por la televisión y ahora es su compañero. «Es un honor jugar a su lado», destacaba en su última entrevista a SUPER.

La tercera arista del tridente es Morales. El propio Luis Enrique se rindió a su momento dulce. «Está en un estado espectacular, nos ha creado problemas en la primera parte. El Levante podría haberse ido al descanso por delante», afirmó el asturiano en la sala de prensa del Ciutat. En una de sus cabalgadas, tras dejar sentado a Alves, su remate cruzado superó a Bravo, pero se estampó contra el poste. El ´11´ terminó fundido ante otra exhibición de verticalidad y lamentó el error que a última hora supuso el segundo gol del líder: «Tenía que que haber puesto el balón en la olla y me he equivocado». Morales extrae «las cosas positivas» de la derrota y mirar hacia adelante con convicción. «Eibar y Getafe son dos partidos que ahora nos vienen para conseguir los tres puntos», añadió el exjugador del conjunto armero.