Que nadie en Orriols se lleve a engaño: el discurso y las urgencias son prácticamente las mismas que en la anterior jornada. El viernes se ganó y se convenció, pero el Levante continúa en puestos de descenso y con más de un partido de desventaja (cuatro puntos) respecto al cuarto por la cola. Y ya lo advertía Quico Catalán en su visita de hace nueve días al vestuario, en vísperas del duelo frente al Getafe. «Si bajamos a Segunda lo haremos todos, incluidos nosotros y nuestras familias, no solo el Levante».

La entidad de los dos próximos rivales, Villarreal y Madrid, no invita de primeras al optimismo. Rubi y sus pupilos, sin embargo, están «convencidos de sacar algo positivo ya de El MadrigalRubi -como reconocía el entrenador-, apoyados en el espíritu de aquella arenga, tan fructífera ante el Getafe.

Será el primer desplazamiento después del de Ipurua, donde el equipo «no estuvo a la altura», como reprochó el presidente durante su charla ante jugadores y cuerpo técnico, que se prolongó por espacio de un cuarto de hora. «Se tiene que notar que nos estamos jugando la vida», les espetó a todos ellos: «Hacedlo por 106 años de historia, por el escudo».

Para picar el orgullo de los allí presentes, Quico dijo querer únicamente «hombres en el campo». Queda un tercio liguero por delante y los granotas se juegan la continuidad por séptimo año consecutivo de la entidad en la máxima categoría, y a nivel individual buena parte de su prestigio y su salario. Como en su día reconociese el propio presidente, la mayoría de miembros de la plantilla verán reducido su contrato de forma ostensible en caso de descenso.

De visita casi obligada al vestuario a la conclusión de los partidos, la presencia de Quico en la previa de un encuentro atendió a la excepcionalidad de la situación. El Levante era último, llegaba de ofrecer una imagen paupérrima (como así denunció incluso la afición en un comunicado) y tenía el ´caso Trujillo´ todavía reciente. En otros momentos puntuales de campañas anteriores había adoptado la misma medida, habitualmente con éxito.

De las peores rachas visitantes

Más allá del excepcional caso del Sevilla, que es quinto sin todavía haber estrenado su casillero de triunfos a domicilio, el Levante se ha convertido en uno de los equipos de la Liga BBVA que más tiempo acumula sin ganar de visitante: en su caso, más de tres meses, desde que el 22 de noviembre derrotase al Sporting en Gijón por 0-3. Comparte el dudoso honor con tres equipos cuyo rastro sigue la clasificación, como Las Palmas, Rayo y Espanyol. Aquella de El Molinón, de hecho, es la única victoria lejos de Orriols en toda la temporada. En Vila-real, donde no se impone desde el histórico 0-3 del 23 de octubre de 2011 (primer liderato en la historia del club en la máxima categoría) tiene una nueva oportunidad de romper la mala racha.