Son 10 millones de euros, con independencia de que el Levante está en Primera o en Segunda. Es el valor de la cláusula de rescisión de Morales, a la que el club se remite ante los insistentes cantos de sirena. En un excelente estado de forma, y después de que Rubi dijera que está "casi de selección", el madrileño está en la agenda de muchos clubes, aunque él ya ha dejado claro que de Orriols no se mueve.

En la temporada más difícil del Levante en el último lustro, Morales se ha tomado a rajatabla lo de ser el líder de la reacción y ante el Getafe volvió a demostrarlo, reactivando el objetivo de la permanencia. Ovacionado cuando por megafonía sonó su nombre, su respuesta a la pleitesía del Ciutat fue tremenda: marcó un gol a la carrera, marca de la casa, fue objeto del penalti que transformó Rossi y asistió a Verdú para engalanar un triunfo obligado que aprieta la zona de descenso. En el calentamiento sonó ´Hoy todo va a salirme bien´ de El Arrebato y así le sucedió al Comandante. Es el crack anónimo, el jugador del repunte tardío y de quien Rubi dijo, fruto de la euforia, y pidiendo que se le permitiera la broma, que está para ir a la selección. Morales acumula ya el doble de goles de los que marcó la pasada temporada, pero con 1.000 minutos menos. Lleva seis, a uno de Deyverson, el máximo goleador.

Esta vez a Rubi sí le salió bien la propuesta con Verdú como principal novedad, también el ´plan B´ (Camarasa y Casadesús) para que el equipo no se empequeñeciera en exceso en la segunda parte y acertó al permitir que el Ciutat homenajeara al ´Moro´ en el tercer cambio. La afición no pide más que lo que aglutina el madrileño: compromiso, sacrificio y personalidad. Su valor es mayor que cualquier fichaje invernal. Siempre lo intenta, nunca se esconde y así claro que se puede seguir en la máxima categoría. Los elogios son más que merecidos y muchos los equipos que están pendientes del devenir deportivo para aspirar a echarle el lazo. Tiene contrato hasta 2019 y una cláusula de rescisión de 10 millones de euros. Pero Morales ni se inmuta; está en ´modo granota´: «Me veo el año que viene en Primera División con el Levante y en eso estoy centrado».

El alegrón tuvo su sello tras un inicio diabólico. Rubi tenía muy claro que el Getafe es un equipo vulnerable en las primeras partes, el que más de toda la Liga BBVA con 28 de los 39 totales. El Levante salió como un cohete bajo el timón del ´11´. «Fue el partido que queríamos, que merecíamos y que necesitábamos tanto jugadores, cuerpo técnico como la afición. Salimos muy enchufados. Sabíamos que los primeros minutos eran muy importantes porque ellos en ese tiempo encajaban goles. Creamos mucho peligro y el 1-0, que llegó pronto, nos dio mucha tranquilidad», argumenta Morales.

Al tercer aviso, a los diez minutos, la ´bala´ trazó una larga diagonal de izquierda hacia el centro del área azulona, con la permisividad de la defensa del ´Geta´, sobre todo de Damián Suárez y Vergini, para firmar el 1-0 con un disparo cruzado con el recurso de la puntera. Antes Verza había probado a Guaita en una falta forzada por Rossi cuando no se había cumplido todavía el primer minuto. Y todavía más clara fue la ocasión posterior de Deyverson tras un cabezazo a bocajarro del brasileño que el guardameta exvalencianista se encontró sin quererlo. La acción que abrió la goleada no es una novedad, ya la hizo el madrileño ante Rayo y Las Palmas, con el mismo desenlace, y el palo evitó que acabara en las redes de Claudio Bravo ante el Barcelona. «Estoy teniendo suerte porque me sale esa jugada solamente en los partidos. En un entrenamiento de esta semana hicimos un ejercicio parecido y ni me acercaba. Cuando uno tiene un poco la flor en el culo le sale todo», bromea el protagonista.

Va lanzado desde el año nuevo

Solamente Borja Bastón le supera en la tabla de máximos goleadores nacionales de 2016. Hasta delanteros que apuntan a la Eurocopa como Aduriz están por detrás del futbolista granota más en forma. Cuatro de los seis tantos que lleva en la temporada son en jugadas individuales. «Estoy muy contento, con mucha confianza y mis esfuerzos están centrados en ayudar al equipo en todo lo que pueda para lograr el objetivo», afirma. Es su momento después de una primera vuelta en la que ni él mismo estaba contento con su rendimiento. Es un profesional honrado, puro esfuerzo esté como esté. El despegue comenzó en el Calderón. Ahí empezó a cumplir su promesa de ser uno de los líderes de la resurrección.

Morales fue uno de los más cabreados por el encuentro perpetrado en Ipurua. Aquel 2-0, agravado por el cabreo de los aficionados, sobre todo de los 114 que se plantaron en tierras vascas, escoció en el vestuario. Había propósito de enmienda inmediata, porque de lo contrario el panorama se hubiera teñido de azul oscuro casi negro. «Lo teníamos claro desde que el árbitro pitó el final en Ipurua. Este partido era para nosotros trascendental. De no haber conseguido los tres puntos, esto se hubiera puesto muy feo. El equipo era consciente de todo lo que se jugaba ante el Getafe y así lo demostramos en el campo. Pudimos aprovechar la mala racha que atraviesa el rival y sumamos tres puntos que nos acercan a la salvación», concluye el ´Moro´.