En línea ascendente desde que tocó fondo en el Calderón con una sustitución a los 14 minutos de salir al campo, Camarasa fue por primera vez titular el pasado lunes con la selección sub-21 de Celades y aun no siendo un fijo para Rubi, lo cierto es que ha vuelto a su disciplina en plena cresta de la ola. El suyo es uno de los casos prioritarios encima de la mesa de cara a la planificación de la próxima campaña, ya sea en Primera o en Segunda. Y es que con independencia del desenlace está por decidirse qué hacer con él: si apostar porque coja definitivamente galones o sentarse con alguno de los clubes dispuestos a poner una cantidad importante por su traspaso.

En el club son conscientes de la efervescencia del momento de Camarasa, igual que están también al día de los cantos de sirena que siempre han rodeado a un centrocampista tempranamente posicionado en el escaparate por su potencial y que ahora ha salido reforzado psicológicamente por su respuesta a aquel sonado cambio que el propio Rubi elogió de puertas para adentro delante de sus compañeros. Se le señaló por el pasillo a Thomas en el gol del triunfo del Atleti, pese a la frágil coartada del cambio táctico, y el gesto de contrariedad lo delató. Curiosamente aquel día fue reserva por primera vez con el nuevo entrenador después de una etapa en la que también había ido de menos a más con Alcaraz, con quien tampoco acabó de congeniar pese a limarse las asperezas que a punto estuvieron de dar con sus huesos en un Segunda en calidad de cedido.

Relacionado casi periódicamente por la prensa inglesa con clubes como West Ham, Stoke City, Tottenham o Newcastle, quienes habrían estado siguiéndole la pista con miras al pasado mercado de invierno sin descartar el del próximo verano, por el Ciutat han desfilado este curso emisarios de varios de ellos para seguirlo en directo. The Mirror llegó a hablar de una posible oferta de las urracas de cinco millones de libras, equivalente a más de siete en euros, un precio que lo colocaría como uno de los mejores traspasos de la historia, al nivel del de Iborra (el Sevilla pagó 6 ´kilos´).

En octubre, en cambio, era de Italia de donde provenían los cantos de sirena que lo colocaban en la órbita de Nápoles, Udinese o la Fiorentina. Antes de ellos, en la Liga ya había sonado para Sevilla o Atlético junto a otros que tantearon en su momento una cesión. Entre ellos: Elche, Rayo, Eibar, Getafe, Zaragoza, Leganés, Ponferradina o Betis.

El sello de jugador franquicia

Tras debutar en Copa del Rey con Caparrós a finales de 2013, lo que desencadenó la firma de su primer contrato, fue Mendilibar quien le dio la verdadera alternativa a un jugador firmado hasta junio de 2019 con una cláusula de rescisión de 12 millones de euros. El Levante, pese a los vaivenes deportivos, sabe que tiene en sus manos a una pieza muy cotizada de la que ha intentado hacer «un jugador franquicia», tal y como Manolo Salvador dijo hace un año cuando se le actualizó la ficha, ya que seguía jugando con la del filial pese a ser futbolista de la primera plantilla a todos los efectos.

Asiduo en las convocatorias, La Rojita es un gran punto de apoyo. «Como en las anteriores veces he estado muy a gusto y siempre es un orgullo jugar con la selección e intentar ayudar al equipo. Estamos otra vez de vuelta y ahora a pensar en el Levante», dijo en la Ciudad Deportiva. «Sabíamos que era difícil. En Croacia empezamos ganando 0-3 y se puso la cosa difícil. En Burgos perdimos, pero sabemos que si ganamos los partidos que nos quedan estaremos en el Europeo».