Hoy no queda otra que ganar. Pese a la desventaja de cuatro puntos, el calendario invita a creer en la remontada, pero la gesta pasa por no fallar ante el SportingSporting. En las cuentas del vestuario, esta victoria es obligada. Es la final de las ocho finales. A vida o muerte, sin margen de error. En Orriols, el Levante ha encontrado su zona de confort, aunque puede que no sea suficiente con los 12 puntos que todavía faltan por disputarse. Un pleno que suena a quimérico teniendo en cuenta que en el casillero de los ´1´ solamente hay seis. Por eso la condición de equipo de descenso, sobre todo como colista, casi perpetuo. «Si ganamos al Sporting estaremos más cerca que nunca de salir», manifestó Rubi con seguridad, mostrando el espíritu del colectivo.

El gol de Peñaranda, el del 1-1 del Granada en San Mamés, hace que un triunfo deje la salvación a dos puntos, que pudo ser uno si Aduriz no hubiera desperdiciado un penalti con 1-0 a favor de los leones, todavía en el primer acto. El Rayo (31 puntos) batió el viernes al Getafe (28) en el otro duelo dramático de la jornada. Ganar permitiría igualar a 27 con el Sporting, que sería el farolillo rojo. De lo contrario, el panorama se oscurecería más de cara a las siete jornadas posteriores (Betis, Espanyol, Granada, Athletic, Málaga, Atlético y Rayo Vallecano) y la permanencia sería virtualmente un imposible, sobre todo por el golpetazo anímico que supondría.

Aunque el día y la hora no ayudan demasiado, el Ciutat volverá a responder. El club ha dado de nuevo la posibilidad de que los pases infantiles puedan ser utilizados por adultos y además ha premiado al abonado con poder traer a un amigo al estadio sin tener que recoger la entrada. Tras la reconciliación en el Derbi, que no tuvo continuidad en A Coruña como en las otras cinco victorias, la afición volverá a dar un arreón y se dejará la voz por tres puntos de oro. Habrá recibimiento a la llegada del equipo al estadio, con todas las peñas, los incombustibles de ´Levante Fans´ y cualquier aficionado que quiera darle el último empujón a los jugadores. A las 19 horas es la convocatoria; ahí comenzará el partido. En el estadio, la comunión será total. Esta vez con el extra emocional de ver los nombres de las peñas en el anillo superior. Hoy más que nunca, la unión es la salvación. «Vamos a seguir luchando y no nos vamos a rendir», ha prometido esta semana Feddal, que le marcó a los asturianos el único tanto en su cuenta personal.

El Sporting sabe que salir con vida de Orriols es una recompensa tremenda por el refuerzo del triunfo ante el Atlético. Pero no olvida la exhibición granota en Gijón, la única alegría completa de la temporada como visitante, a finales de noviembre. Fue la del doblete de Deyverson. Habrá variaciones de aquel Levante al que jugará hoy, aunque para Rubi «el espíritu y la filosofía vienen a ser igual que en la primera vuelta». La realidad es que el dibujo es diferente y en aquel 0-3 fueron titulares algunos que ahora son secundarios como Rubén Martínez, que paró un penalti, David Navarro, Rubén García o un Pedro López que está pendiente de la ubicación de Lerma para saber si recupera la titularidad que no tiene desde que cayera lesionado ante Las Palmas de finales de enero (3-2). «Ojalá se dé como la otra vez. Ya no es solamente sumar puntos sino ganar. Ahora todos los partidos van a ser finales y con la afición hay que ganar sí o sí», desea Camarasa, que apunta a novedad en la medular por el ciclo de amonestaciones de Simao Mate. Curiosamente, el envite posterior a su anterior llamada con la ´Rojita´ fue la recordada goleada en Gijón. «La afición está con nosotros tanto en casa como en los desplazamientos. Necesitamos su apoyo porque esto lo tenemos que sacar entre todos», recalca el ´6´, consciente como el resto, de la urgencia de mantenerse firmes en casa para seguir en una pelea en la que nadie puede descuidarse.