El descenso granota ha puesto a Morales definitivamente en el mercado, a pesar de que el madrileño tiene dos más de contrato (con un tercero opcional) y su rescisión está fijada en 10 millones de euros. El extremo genera interés en varios clubes y, además, cuenta con una cláusula que prácticamente fuerza al Levante a traspasarlo este verano, ya en Segunda. En su renovación de hace un año, el club se obligó a mantenerle el sueldo aún perdiendo la categoria „a diferencia del resto de miembros de la plantilla„ o a permitir su cesión por 150.000 euros a un equipo de Primera, siempre que cerrase las puertas a su venta. No parece el caso, tratándose de un jugador que el próximo 23 de julio cumplirá 29 años. De esta peculariedad contractual alertaba días atrás Estadio Deportivo, haciéndose eco a su vez de la noticia publicada en enero por SUPER: el granota es del agrado del director deportivo hispalense, Monchi. También del Betis, ya salvado matemáticamente. Falta por ver, una vez asumido que debe escuchar ofertas, con qué cantidad aceptaría el club su marcha.

La tasación deberá correr por cuenta del sustituto de Manolo Salvador. No obstante, en manos del futuro director deportivo estará la decisión definitiva, que difícilmente apostará por la continuidad de Morales en Segunda con un salario muy por encima de la media. Aún menos probable es que acepte su marcha a préstamo a tan módico precio. En el mejor de los casos el Levante recuperaría al jugador con 30 años y solo uno fijo de contrato el siguiente verano. Y en el peor, si la temporada 16/17 no acabara en ascenso, se vería en la misma tesitura pero ya sin posibilidad futura de obtener un rédito económico por la venta del que ahora mismo es uno de sus principales activos. Su continuidad con el salario de Primera reduciría el margen de maniobra a la hora de confeccionar la plantilla, que está abocado a sufrir una profunda remodelación. Un traspaso, por contra, supondría un beneficio neto (ya que el madrileño fichó en 2011 para el filial a coste cero) y ayudaría a aliviar la carga que supone el pago pendiente a los acreedores. El dinero recaudado, excepto los primeros 650.000 euros, se destinarían a ese menester.

El futuro de Morales, que a mitad de curso se ofreció para liderar al conjunto granota en la lucha por la salvación, para ser el «comandante» que hacía falta, parece que está lejos de Orriols. «Es el Levante el que me ha dado la oportunidad de saborear la Primera División y no me queda otra que agradecérselo estando muchos años más aquí», decía el año pasado, antes de renovar y de que la realidad del Levante cambiará para mal con el reciente descenso. Su caso puede no ser el único, ya que hay otros jugadores granota con cartel, y contrato en vigor, que igualmente están en disposición de buscar acomodo en otro club que les permita seguir en la elite. Lerma, Camarasa, Toño o Iván López, por ejemplo.