La reunión de la Fundación Cent Anys de este martes tuvo un final abrupto cuando su presidente, José Manuel Fuertes Vidal, la abandonó antes del final. "Me siento traicionado", dijo antes de salir de la sala de prensa para estupefacción de los presentes. Las aguas posteriormente volvieron a su cauce, una vez terminada la cita, aunque la incomodidad del actual responsable de la Fundación, que no ha llevado a efecto su reiterada dimisión, es cada vez más patente. La polémica giró alrededor, por un lado, de la reunión de la pasada semana con tres empresarios afines al SAM, en la que Fuertes ejerció de mediador, y, por el otro, a que no se incluyera en el orden del día la petición de someter a una Junta ordinaria los posibles cambios en el Consejo.

Quico Catalán rindió cuentas ante la Fundación. Una reunión „la ordinaria de junio„ que venía marcada por la negativa de la Comisión Ejecutiva a incluir como punto específico del orden del día la posibilidad de debatir la conveniencia de celebrar una Junta Extraordinaria de Accionistas para enjuiciar la gestión del Consejo y el impacto del descenso a Segunda en todos los niveles del club. Lo que sí estaba marcado era la posibilidad de realizar propuestas y es ahí donde el Sindicato de Accionistas Minoritarios (SAM), aunque no es patrono, en la figura de Tomás Pérez, vicepresidente del órgano rector hasta su dimisión tras la no-venta a Sarver, y con el voto delegado de los veteranos „ausentes en la reunión„ y el respaldo de Gabriel Salinas, presidente de la Delegación de Peñas, reabrió la petición de un ejercicio de transparencia para todo el levantinismo. De nuevo fue rechazada, incluso se propuso inicialmente el envío de una carta o correo electrónico a los accionistas. Después de un intercambio de reproches y ante la insistencia de José Manuel Fuertes Vidal, presidente de Cent Anys, se votó la propuesta liderada por Tomás Pérez y volvió a salir que ´no´, con el sí de los impulsores y del propio Fuertes.

Como solución intermedia a la Junta de Accionistas, Quico Catalán se comprometió a mantener tres reuniones informativas con peñistas, veteranos y accionistas-aficionados, en principio en septiembre, para explicarles el plan estratégico a tres años, en teoría los últimos de su mandato que expira en 2019, y que ayer desgranó al Patronato. Una exposición en la que hizo hincapié en lo atractivo de cara al futuro de la institución. La hoja de ruta gira alrededor de una reestructuración profunda de todo el club, con el objetivo de organizar y planificar el futuro, con vistas a consolidar el proyecto y recuperar el terreno perdido en la máxima categoría. Un organigrama funcional con la premisa de crear e instaurar en la sociedad valenciana el ADN granota. Hay un vertiente deportiva, no solamente a nivel de primera plantilla sino también en la escuela. Otra focalizada en la organización interna, buscando la mejora continua y la calidad y eficacia en la actuación. Y la tercera es la inmobiliaria: el lavado de cara del Ciutat y en este punto también se trató el cambio de la Ciudad Deportiva, «aunque estos aspectos tienen carácter confidencial», sin olvidar la recalificación. Hay cinco áreas, bajo la supervisión de un director de gestión: financiera, comunicación, desarrollo de negocio, competición y contratación, y la deportiva con Tito como principal ejecutor de decisiones. En esta última arista, Quico manifestó a los patronos que en los próximos días se completará el equipo de trabajo.

«El presidente del Consejo de Administración ha presentado el plan estratégico para los próximos tres años y luego, en las propuestas de los patronos, se ha acordado que cite a los diversos colectivos del levantinismo para informarles en persona de esta hoja de ruta. Se ha huido de populismos. Al pedirlo los tres sectores que están representados en la Fundación, se ha optado por unas comunicaciones individuales», afirmó José Manuel Fuertes Vidal, oficialmente todavía presidente de la poseedora de la mayoría accionarial, tras una reunión subida de tono en la recta final, sobre todo cuando se trató la posibilidad de cambios en la directiva, a raíz de la reunión que Quico mantuvo con los empresarios Luis Romero, José Chuliá y José Tomás. Recordó que no existe la obligación de ampliar el órgano directivo pese a tratarse de una alternativa que se está valorando. «Se ha hablado de la necesidad de que entre aire fresco y eso ya dependerá de si el propio Consejo pide a la Fundación que necesita este cambio», puntualizó Fuertes, que sigue a la espera de la resolución del Protectorado a la democratización de Cent Anys. El «último rumor» es que este proceso podría cristalizar en julio.