«No descarto seguir jugando si llega un proyecto que me ilusione. Lo que tengo claro es que me gustaría añadir una preparación necesaria para seguir ligado al mundo del fútbol. Quiero formarme para que esa experiencia que me llevo aplicarla en otros campos», afirmaba Juanfran emocionado en su adiós, en el Palco Executive del Ciutat. Era el 28 de junio, a las puertas de que expirara su contrato como granota. Una semana antes, Tito ya le había dicho cara a cara que no contaba para el nuevo proyecto. «Gracias por todo», repetía una y otra vez Juanfran y se daba un plazo para decidir el camino a seguir.

72 días después de una despedida con honores, el excapitán volvió al estadio, en el entrenamiento posterior a la eliminación en Copa del Rey como le había prometido a los que habían sido sus camaradas de alegrías y lamentos, aunque quedan pocos de la temporada del descenso porque la limpieza ha sido tremenda. «Era la primera vez tras el adiós y es inevitable que resuciten recuerdos bonitos. En el estómago me ha dado un ´pellizquito´ porque han sido muchos años y hace poco que he dejado esta profesión y un club que tanto quiero», afirmaba a SUPER después del reencuentro con su día a día hasta hace poco. «Mis compañeros sabían hace dos o tres días que iba a venir porque me estaban insistiendo que lo hiciera, pero como estaba fuera no había podido hasta ahora», añadió. Siguió el entrenamiento, alucinó con el lavado de cara del estadio y estuvo un buen rato en el vestuario.

Juanfran ha colgado las botas, pero ha analizado varias opciones para seguir alargando su carrera un poquito más. Lo que tenía clarísimo era que si se seguía no iba a ser como rival del Levante, ya que dos equipos de LaLiga 1|2|3 llamaron a su puerta. «No veía lógico pisar el Ciutat con otra camiseta que no fuera la del Levante, no me sentiría bien. Dije ´no´ a dos cosas que me habían salido de Segunda por ese motivo. Hubo también de fuera, pero era muy complicado porque iba a hacer 40 años y uno es consciente de su situación», reconoció. Que no vaya a formar parte de una plantilla no quiere decir que se desconecta del fútbol; ahora va a empezar a formarse: «En principio, si todo va como debe ir, el mes que viene empezaré a estudiar porque me quiero sacar el título de director deportivo y hacer cosas relacionadas con el mundo del fútbol. El primer paso es este (un curso en Las Rozas), con la idea de que sea el tiempo que sea y aprovecharlo».

«Claro que me veo volviendo aquí», cree Juanfran, que entendía que era el momento de poner fin a un ciclo histórico en ´su´ Levante y emprender un nuevo rumbo. «Las puertas están abiertas. Con el descenso aún cerca, lo más correcto era que las cosas siguieran por su cauce correcto, dar un poquito de margen». Ahora es un momento de aprendizaje «el tiempo que sea».

En los minutos que estuvo en el vestuario comprobó que se ha recuperado el embrujo colectivo, aquel espíritu de vestuario unido y comprometido que se había resquebrajado la temporada pasada. Una de las premisas en la hoja de ruta de la nueva dirección deportiva y que Juanfran está encantado de que se haya conseguido: «Se respira un ambiente muy bueno y me encanta. Son gente de la casa, españoles, me recuerda cuando el Levante era así, cuando tenía esos valores, y eso repercute positivamente a la hora de lograr resultados. Lo estábamos comentado, que se parece a aquel ADN de las alegrías. Los echo de menos, son muchos años y muchos momentos vividos. Somos bastantes los jugadores que hemos dado todo por el club. Me han dicho que se les hace extraño pasar por el vestuario y no verme allí». Evidentemente que ha visto «todos los partidos» y le gusta lo que está viendo: «No me quedo con los resultados sino con las sensaciones que transmite el equipo, eso no engaña nunca. Si juntas que los resultados están acompañando, mejor».