El Levante se ha puesto muy alto el listón. Tanto que hasta un empate como el de este domingo en Tarragona sabe a poco. Y eso que con el punto le alcanza para retener una semana más el liderato. Eso sí, ya no será en solitario. Y es que cuando la tercera victoria consecutiva estaba en el bolsillo, un gol de falta de Juan Muñiz echó al traste el trabajo prácticamente inmaculado que hicieron los granotas. Fue, sin duda, el peaje de no haber cerrado antes un partido en el que el Levante volvió a mostrarse como un conjunto de nivel superior pero en el que se desperdiciaron un sinfín de oportunidades. Sobre todo en la segunda parte, cuando el Nástic estiró líneas y perdió el sitio a raíz de que Chema abriera la lata.

A poco que se lo propusieron y con las mismas constantes vitales positivas de los primeros dos partidos, los granotas pusieron patas arriba a un rival a años luz ahora mismo del que jugó la promoción de ascenso. Sin embargo, faltó un punto más de acierto y de pausa ante la portería de Saja. Ni siquiera fue suficiente la muesca que tuvo el destino con un mano a mano de Roger en el tiempo de descuento. De milagro no acabó dentro.

A diferencia de contra el Alcorcón siete días antes, no estuvo tan fino el Levante arriba ni tampoco completamente inmaculado atrás. De héroe a villano, Chema pasó de marcar el 0-1 a la salida de un córner a originar con un error en la frontal la falta que Juan Muñiz le clavó a Koke. El portero del filial, novedad en el once como sustituto de Remiro, despegó tarde y el balón entró centrado tras superar la barrera. Fue el primer gol encajado esta temporada. Un premio excesivo para el Nástic, que pese a los ratos de desconexión del Levante apenas había sido capaz de inquietarle dos veces. La primera con un tiro lejano de Álex López y la segunda tras una internada de Mossa, de los más enchufados, y posterior remate de Ferran Giner.

En condiciones normales el Levante no debería haber llegado a la recta final con el partido abierto. Ni siquiera parecía ésa la previsión de Muñiz, al que esta vez fue como si los cambios le quemaran en las manos. De los tres que hizo, salvo el de Lerma los otros dos aportaron más bien poco y con ellos se gastó la última bala ofensiva que podría haber supuesto la entrada de Rafael con el 1-1. Fue el momento de las prisas, el de lamentarse y el de recurrir a la magia de Espinosa, que en un día más gris de Campaña aun volvería a frotar la chistera para sacarle un conejo a Roger.

Con las mismas constantes vitales que en las dos primeras jornadas, aunque con un punto menos de intensidad, el Levante tuvo oportunidades de todos los colores una vez que el partido se descosió tras el descanso. Una triangulación de Roger, Insa y Lerma no la supo rematar el colombiano. Morales, de los más activos por banda izquierda, tampoco atinó a culminar ninguna contra. Ni Roger en acciones individuales. Hasta Toño, relegado a la suplencia, chutó fuera prácticamente a puerta vacía. Aleluya, eso sí, que un empate escueza.

Ficha del partido:

1. Nàstic: Saja; Gerard Valentín, Suzuki, Iago Bouzón, Mossa; Zahibo (Cordero min.51), Xavi Molina; Delgado, Juan Muñiz, Ferran Giner (José Carlos min.66); y Álex López (Rharsalla min.63).

1. Levante: Koke Vegas; Pedro López, Chema, Postigo, Abraham (Rubén García min.77); Insa, Campaña (Lerma min.61); Jason (Toño García min.71), Espinosa, Morales; y Roger.

Goles: 0-1, min.64: Chema. 1-1, min.85: Juan Muñiz.

Árbitro: Pedro Jesús Pérez Montero (comité andaluz). Mostró cartulina amarilla a Xavi Molina (min.41), Zahibo (min.43), Giner (min.51) y Bouzón (min.60) por parte local, y a Roger (min.59), Abraham (min.69) y Chema (min.82). por parte visitante.

Incidencias: Encuentro de la segunda división, disputado en el Nou Estadi ante 5.881 espectadores.