Cuando Rafael se abalanzó sobre Lerma, en plena celebración colectiva del 2-1, lo hizo empujado por algo más que la euforia lógica del momento. Detrás de ese imparable derechazo del colombiano había un mensaje de confianza, el que el brasileño le había trasladado justo antes de su entrada en el campo, y que ayer dejaba entrever a través de las redes sociales. «Gran victoria y tremendo golazo del pequeño@jeffersonlerma Ya te lo dije amigo», dedicó el delantero al protagonista de la remontada ante el Mallorca, quien explicó los pormenores de la premonición a SUPER.

«Al descanso, cuando ya había acabado el calentamiento e iba a ponerme la camiseta de juego, me llamó „en alusión su compañero„, me dio un beso en la cabeza y me dijo: ´Jeff, hoy vas a marcar». Y así sería, para regocijo granota y del propio centrocampista, poco habituado a ver portería. El del sábado fue su segundo tanto oficial con el Levante; primero en Liga y en lo que va de temporada. El anterior se había producido después de un robo y un mano a mano con el meta del Espanyol, en Copa.

En sus 91 partidos como profesional, Lerma ha podido llevarse seis tantos a la boca. El conseguido frente al Mallorca es de todos ellos, como reconocería el propio futbolista a la conclusión del partido, una «joyita» por su vistosidad, su repercusión en el marcador y el subidón de confianza que le reporta después de un arranque de curso complejo. Tiene más valor, incluso, que el derechazo de falta directa que clavase también por la escuadra en su último partido en Atlético Huila antes de fichar por el Levante, el 14 de agosto de 2015.

El colombiano, que en ocho días cumplirá 22 años, ha gozado de menos protagonismo del esperado en el primer cuarto de LaLiga 1|2|3. El rendimiento de Insa, Campaña y Espinosa, unido a su ausencia en pretemporada por su participación en los Juegos Olímpicos, han limitado a una sus apariciones en el once liguero y lastrado su rendimiento. Una rémora que podría quitarse de encima con el gol ante los bermellones, y con vistas a una posible titularidad en la próxima jornada, ante el Mirandés.

Restituida su autoestima y recobrado su nivel, a Jefferson se le presenta una ocasión única para atreverse más a menudo y explotar una cualidad que hasta ahora permanecía oculta para la mayoría: su capacidad para el golpeo de larga distancia. Muñiz ha reconocido públicamente su «potencial» en esa faceta, del mismo modo que lo habían hecho antes Alcaraz, Rubi y Manolo Salvador. El cafetero, el último gran acierto del anterior director deportivo, tiene contrato hasta 2020 una vez que se hiciera efectiva la opción de compra con la que contaba el club el curso pasado.