El líder cayó en la trampa gaditana, sobre todo en la recta final, en la que los visitantes abusaron de las pérdidas de tiempo, provocando la desesperación granota, focalizada en Chema. "Fue fruto de que tenemos las pulsaciones muy altas, pero eso queda dentro del partido y no hay más problemas", declaró el propio Chema sobre la trifulca, en la que fue amonestado por recriminar la facilidad de los cadistas de dejar correr el tiempo dando por bueno el empate, incluso sacando en corto una falta lateral con el tiempo cumplido.

El árbitro pasó de puntillas el jaleo. La amarilla de Chema fue "por discutir sin llegar a insultos ni amenazas". La tángana del final se saldó con dos tarjetas amarillas una vez el árbitro ya había pitado el final.