Capitán y descarte habitual. El ostracismo de Verza comienza a ser cíclico. Cuando parecía que su rol podía variar tras ser titular ante el Almería, en el 2-2 del 9 de octubre, y repetir presencia de inicio la jornada siguiente contra el Mallorca, su cambio al descanso fue el principio de otro descenso a los infiernos. Los números chirrían y eso que en pretemporada asumió galones en muchos momentos junto a Natxo Insa. Pero en aquel momento, Campaña todavía no había aterrizado en Orriols, y cuando llegó arrastraba la rémora de esas semanas de inactividad en la Sampdoria, y Jefferson Lerma estaba en los Juegos Olímpicos. Ante el Cádiz, contra quien jugó la eliminatoria copera íntegra, volvió a quedarse en la grada. Fue junto a Róber Pier uno de los dos descartes entre los 20 disponibles. Verza suma 204 minutos, con cuatro presencias, dos como titular, un par como suplente y sin minutos, y hasta en ocho ocasiones se ha quedado fuera de la citación.

"Cuando haces una convocatoria es complicado, queda fuera gente que podría incluso jugar", ha repetido Muñiz hasta el aburrimiento para argumentar los 'marrones' que para él han supuesto los descartes técnicos. La competitividad en la medular, en la que ahora también Espinosa se ha estancado, ha relegado a Verza a último exponente. Pese a todo, el ´7´ se resiste a tirar la toalla, aunque también el tiempo corre y el mercado de invierno está a la vuelta de la esquina. De momento, el centrocampista no barrunta un cambio de aires ni a su vez que este ostracismo sea hasta final de temporada. Además, el Levante tampoco puede permitirse tener uno de los contratos de más duración en la grada (2019). Las jerarquías están definidas y hay futbolistas que desde el principio están respondido a la etiqueta de actor principal que llevan adherida prácticamente de base, pero el once es por meritocracia, no por decreto. Son 42 batallas y el ascenso es un objetivo de todos. Van 14 y Verza ha seguido ocho desde la barrera. "No es una coletilla para quedar bien", ha reconocido el propio Muñiz para explicar que en su hoja de ruta no hay restricciones y que el trabajo en el día a día tiene premio. Con sus confesiones, no solamente a Verza, procura tenerlos a todos enchufados, sobre todo en lo anímico, porque quedan 84 puntos más.

En pretemporada, su binomio con Natxo Insa daba dividendos, pero el paso de los días y la llegada de más competencia en la medular como Campaña y Espinosa, además del Olímpico Lerma, redujeron su protagonismo. La propia percepción de Verza no era esperanzadora, pero igualmente seguía a pleno rendimiento, aunque bien es cierto que Muñiz distribuyó minutos durante la puesta a punto y todos partían de igual a igual. Incluso públicamente el entrenador aseguraba que para él no existían titulares y suplentes. Verza estuvo en el once en Soria, pero fue cambiado al descanso por Campaña. Desde aquel 21 de agosto, su protagonismo se ha evaporado hasta que es más habitual verlo en la grada que en el césped con el '7' a la espalda. Los 24 minutos en la segunda jornada frente al Alcorcón fueron su última participación en LaLiga 1|2|3, además de la eliminatoria de Copa ante el Cádiz y su presencia en la expedición a Córdoba sin entrar en acción, hasta su titularidad con capitanía en los Juegos Mediterráneos, ante uno de sus pretendientes en verano, por las molestias de Insa y que Jefferson Lerma debía cumplir sanción por su expulsión en la jornada anterior.