El mercado de fichajes de enero está a punto de cerrar y en el Levante UD la incógnita es si habrá un tercer fichaje. Los dos movimientos hasta el momento, Juan Muñoz y Oier Olazabal, han sido para cubrir salidas: primero la de Rafael al Victoria de Guimaraes y después la de Remiro al Athletic Cub, que se ha hecho oficial este lunes. Curiosamente sobre el césped de Santo Domingo coincidieron las tres cabezas visibles del proyecto: el presidente Quico Catalán, el director deportivo Tito y el secretario técnico Carmelo del Pozo. Las dos caras nuevas, por cierto, tienen opciones de continuar en Primera División, sobre todo Oier, cuya opción de compra es obligatoria en caso de ascenso. La cifra oscila entre 200.000 y 300.000 euros en función de los partidos que juegue hasta entonces.

Encima de la mesa está la posibilidad de reforzarse con un lateral derecho debido a los problemas físicos de Iván, al que pese a todo se ha enviado un mensaje de tranquilidad desde el club. Curiosamente Pedro López está al borde de cumplir ciclo y el pasado sábado el relevo táctico de urgencia fue Morales, quien acabó ocupando la misma posición en la que en su día lo ubicó Lucas Alcaraz. La posibilidad de que el Shaq Moore, lateral del filial, ocupe la ficha de extracomunitario de Rafael sigue en pie. Mientras tanto, por Víctor Casadesús no se ha concretado ninguna oferta y de hecho el balear tuvo minutos en Alcorcón después de que el descarte técnico de Muñiz fuese el recién llegado Juan Muñoz.