Con la carta de libertad bajo el brazo y un importante caché a pesar de su ostracismo esta temporada en el Milan de Montella, con lo que sí que cuenta el Levante es con que Honda sería un futbolista que de entrada estaría en el techo salarial. En este sentido, la idea del club pasa no por tirar la casa por la ventana, pero sí por hacer un esfuerzo extra aprovechando su buena salud económica tras el ascenso. Su nómina en el Milan ronda los 2,5 millones al año, una cantidad que a priori se antoja prohibitiva. Sin embargo, después de las experiencias, años atrás, con los Caicedo, Koné o Martins, para Quico Catalán tampoco es extraña la fórmula de compartir un porcentaje de un futuro traspaso para hacer la propuesta más atractiva.

Pese a los cantos de sirena de Ligas exóticas o de la MLS (hace meses mantuvo negociaciones con los Seattle Sounders), la idea de Honda es mantenerse en el fútbol de élite, por lo que si finalmente sale de Italia, su punto de mira estaría principalmente en España y la Premier. Uno de sus objetivos es disputar el Mundial de 2018, por lo que su presencia en un equipo de élite en el que tuviera minutos le facilitaría las cosas.

De cara a la reestructuración de la plantilla, y a expensas del movimiento de entradas y salidas, el proyecto granota pasa por reforzar todas las líneas. En el caso de Honda, la de mediapunta, una demarcación en la que ningún jugador ha acabado de coger el testigo de Barkero. No lo hizo Ivanschitz y tras ir de más a menos tampoco ha acabado de adueñarse totalmente de él Espinosa, cuyo talento es innegable.

La noticia del interés del Levante en Honda ha traspasado fronteras y llegado no sólo a Italia sino también a Japón. Y es que en su país no hay duda de que se trata de uno de los jugadores más populares. Su condición de extracomunitario, de momento, no supondría problema alguno, ya que sólo hay dos en nómina: Lerma y un Deyverson cuyo futuro continúa estando en el aire.