El Deportivo de La Coruña no podrá fácil la salida de Róber Pier. El club inició ayer la pretemporada en la Ciudad Deportiva de Abegondo con una sesión de trabajo en la que figuraban 25 futbolistas, entre ellos el defensa gallego. Pese a que el deseo del jugador es seguir progresando de granota, lo cierto es que será el el técnico blanquiazul, Pepe Mel, el que tenga la última palabra sobre su destino. Mel ha sido rotundo en su primera comparecencia pública del año después del entrenamiento del Deportivo de esta mañana. "Quiero trabajar con Róber porque más allá de lo que le he visto competir, quiero verlo conmigo". Una estrategia de presión que mantiene en vilo al Levante, ya que el futuro del jugador marca la llegada de centrales para el regreso a Primera.

Compás de espera en el Ciutat de Valencia tras este último capítulo en el tira y afloja por una pieza cotizada y muy del gusto de Muñiz. El presidente granota, Quico Catalán, confesaba la voluntad de la entidad de contar nuevamente con Róber en Orriols. "Hemos transmitido nuestro deseo de que vuelva a vestir la camiseta del Levante, pero para que una operación cristalice hay tres partes, y en estos momentos, alguna impide que pueda cerrarse", aseguraba en la presentación de Álex Alegría, lanzando un dardo en dirección a A Coruña.

En el Levante se resisten a dar por perdido a Róber, si bien el panorama se emborrona. Traspasado Insua al Schalke 04, abortada la opción de Barboza y con Sidnei con pie y medio fuera de Riazor, el Dépor sigue rastreando el mercado en busca de efectivos de nivel para la retaguardia. Una búsqueda que se demora. Por ahora, Pepe Mel cuenta con Róber.