El Ciutat es de nuevo de Primera División un año y 108 días después. Un regreso de récord por la enésima respuesta de fidelidad de la afición y el recuerdo imborrable de una temporada magistral bajo los mandos de un entrenador con mimbres para echar raíces. Más de siete años después, Muñiz vivirá su tercera experiencia en la cúspide del fútbol nacional avalado por su capacidad para gestionar con maestría a una plantilla que respondió con nota a la presión de recuperar el terreno perdido sí o sí. Más que merecido fue su blindaje hasta 2019.

Su bloque de confianza persiste y alrededor de los Raúl, Postigo, Chema, Campaña o Morales se está edificando un engranaje con refuerzos que tienen que dar ese salto de calidad necesario para subsistir entre los mejores. Es evidente que el rol del Levante, por su condición de recién ascendido, ha cambiado, pero la mentalidad e identidad del vestuario no ha variado, así como la creencia en seguir haciendo disfrutar a los suyos. El grado de identificación volverá a ser crucial. Más teniendo en cuenta que cuatro de los cinco primeros encuentros son en casa. Sin rodar el balón en competición oficial, la comunión equipo-afición existe tras superar la barrera de los 20.000 abonados.

Como en la temporada 14/15, el Villarreal evaluará por primera vez a los granotas, al segundo proyecto deportivo de Tito y Carmelo, pendiente todavía de varias piezas en esta recta final de mercado estival. Primero fue al de Mendilibar y ganó el Submarino en este choque inicial (0-2). Muñiz es el decimoquinto entrenador azulgrana en la máxima categoría y hoy intentará acabar con la maldición del estreno, ya que de todos los que han inaugurado una campaña con el Levante en Primera, cuatro se estrenaron con un empate, Quique Martín, Enrique Orizaola, Bernd Schuster y Juan Ignacio Martínez, y los otros cuatro, Juan Ramón López Caro, Luis García, Joaquín Caparrós y el mencionado Mendilibar, lo hicieron con derrota. Ni un triunfo en los once arranques anteriores: cinco empates y seis derrotas. Pero la ilusión que desprende el vestuario eclipsa cualquier estadística adversa. Sobre todo las ganas de ser de Primera.

Este año y 108 días de travesía desde el último encuentro en el Ciutat, con una victoria intrascendente ante el Atlético de Madrid y el descenso ya consumado, ha servido para curar las heridas, enmendar los errores y comenzar de cero. El Levante reseteó, la afición siguió creyendo y el premio del ascenso llegó con seis jornadas de antelación. Desde el principio, la maquinaria estuvo engrasada, devorando a sus rivales sin compasión. Fue un equipo dictatorial para acabar volviendo por la puerta grande. Lástima que Roger, de momento, no pueda disfrutar sobre el campo. Su grave lesión de rodilla fue la peor noticia de una pretemporada con sobresaltos. Referente con sus goles, el 'Pistolero' se rompió el cruzado en el amistoso ante el Almería al presionar al portero en la salida del balón. Un revés en la planificación, pero sobre todo un golpetazo anímico para el '9', que se sentía con más fuerza que nunca para consolidarse con el Levante en la máxima categoría. Orriols le espera para la segunda vuelta de la competición.

Del cierre de un ciclo de seis temporadas seguidas en la élite en la 15/16, Pedro López, Morales, Verza e Iván López, los actuales cuatro capitanes, Toño y Jefferson Lerma son los supervivientes. Quizás ellos sean los que mejor entiendan lo que supone devolver al Levante a LaLiga Santander, recuperar el ADN perdido y hacer ver a sus compañeros de la realidad de una categoría que penaliza cualquier mínimo error. Será la duodécima temporada en Primera División. De momento, con un total de 402 partidos, con 113 victorias, 95 empates y 194 derrotas. «Estamos con muchas ganas y mucha ilusión. Tenemos una oportunidad importante para demostrar que somos un gran equipo que viene para quedarse», manifestaba el técnico asturiano en su primera comparecencia de previa en la Ciudad Deportiva de Buñol.

El estreno será ante un Villarreal que en pretemporada ya comprobó que este Levante no está de paso. En Alcoi, con el 'plan A' sobre el césped, antes del carrusel de cambios que acabó tiñiendo el ensayo de amarillo, los granotas pudieron, gracias a una de las maravillas de Bardhi, con un Submarino que ha tenido un verano movido y eso que había anunciado que tenía cerrada la plantilla. La presencia de Bacca será la primera reválida de órdago para Postigo y el enmascarado Chema Rodríguez, que para ellos será hoy su primera vez en la máxima categoría.