El Levante UD afronta las últimas 48 horas del mercado con toda la carne en el asador para rematar la plantilla con los dos fichajes que le faltan, un central y sobre todo un delantero, la pieza clave del proyecto para la próxima temporada. Una guinda por la que está dispuesto a hacer un esfuerzo, ya sea mediante un traspaso o una cesión con o sin opción de compra.

En las últimas horas, y pese a resistirse a tirar la toalla por Lucas Pérez, el club ha abierto el abanico de posibilidades e iniciado negociaciones oficiales para hacerse con los servicios de un recambio para el punta del Arsenal, que se perfilaba como el objetivo número uno de la secretaría técnica tras frustrarse la intentona por Adrián Ramos.

A lo largo del día se han ido sucediendo los ofrecimientos y trascendiendo diferentes nombres de candidatos de mayor o menor graduación y fundamento, desde Djordjevic (Lazio) a Niang (Milan), entre otros, todo ello sin olvidar que Niane permanece en la recámara.

Sin embargo, en una invitación a la prudencia, desde Orriols se apunta tanto a la dificultad del momento para separar el grano de la paja de entre la nube de aspirantes como a la realidad de una negociación en marcha por un tapado que en el club entienden como «una oportunidad de mercado». La operación, en todo caso, es difícil y está haciéndose a contrarreloj.

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