Más que un problema de «ansiedad», como el que achacaba Muñiz al colectivo el sábado, Enis Bardhi corre el riesgo de acabar teniendo uno de estrés. Mental, y también físico. A consecuencia de la elevada y constante exigencia a la que está expuesto. El macedonio apenas ha tenido descanso en los últimos meses, lo que obliga a cruzar los dedos ante posibles percances con su selección en los próximos días. En su país, como en el Levante, es intocable; apunta a titular en los últimos dos duelos clasificatorios para el Mundial de Rusia, por mucho que Macedonia ya no tenga opción alguna de seguir adelante.

El '10' tendrá que enfrentarse a Italia y Liechtenstein antes de regresar a la carrera a Orriols. Cuatro días después de medirse a la cenicienta del grupo G, los azulgranas afrontarán ya el compromiso liguero de Cornellà. Y después de dos derrotas seguidas, sin un gol siquiera que echarse a la boca, prescindir del máximo goleador del equipo se antoja un lujo que no debería permitirse Muñiz.

A la vuelta del anterior paro por compromisos oficiales, hace un mes, cierto es que el asturiano dejó a Enis en el banquillo en el Bernabéu. De hecho, aquel es el único encuentro oficial en el que ha tenido descanso en su último medio año de carrera. Un periodo en el que ha defendido los intereses del Úpjest, el Levante y las selecciones absolutas y sub-21 de su país; ha hecho ocho goles y tres asistencias.

Bardhi levantó puntualmente el pie del acelerador después de haberse 'papado' 180 minutos ante Albania e Israel. Había viajado a su país con molestias y recomendaciones de los galenos granotas, pero el seleccionador de Macedonia, Igor Angelovski, no dudó en sacarle todo el jugo. Recargadas pilas ante el Madrid, ha sido titular en los cuatro últimos encuentros de LaLiga Santander; solo en uno ha abandonado el césped antes del final.

Después de la derrota ante el Alavés, Enis hizo la maleta sin prescripción médica alguna, al margen de las habituales para cualquier internacional. Tiene que cuidar descanso y alimentación, algo que por otra parte hace en su día a día. Solo así es posible minimizar los efectos del lógico desgaste físico que carga a sus espaldas. Este verano tuvo apenas tres semanas de vacaciones, que fueron las que transcurrieron entre su eliminación de la Euro sub-21 y su fichaje por la entidad azulgrana.

Con una plaga de lesiones martirizando a la plantilla que dirige Muñiz, cualquier precaución es poca. En lo que a los titulares se refiere, el protocolo de trabajo semanal estipula que tienen que hacer frente al 150 por 100 del kilometraje de un partido a modo de recuperación/preparación.

Bardhi no se ha perdido cita alguna con el conjunto de Orriols por cuestiones físicas, ni siquiera de pretemporada. En el que cerraba esta, ante el Elche, sí que terminó con unas molestias en el obturador interno de su pierna derecha, que le mantuvieron entre algodones en los días previos del debut liguero. El macedonio forzó para estar contra el Villarreal. En la segunda jornada, ya muy mejorado, estrenaría su cuenta anotadora con el Levante con el golazo de falta que supuso el comienzo de la remontada frente al Deportivo de la Coruña.