De tan poquito cosa como parece, Enis Bardhi cabe hasta en una lámpara mágica. La que ha frotado Muñiz al descanso ante el Getafe, para que inmediatamente después saliese al genio macedonio a conceder tres deseos: chispa y verticalidad en el juego, algo de gol y también que echarse a la boca ante un rival directo. El ´Comandante´ Morales, minutos después del golazo de volea de Fayçal, ha devuelto un punto al redil granota cuando más negro pintaba el asunto.

En el 1-1 se resumen las virtudes que tiene (y debe tener) el Levante. Capacidad de reacción después del tanto encajado, velocidad de circulación, juego al espacio y llegadas al área desde segunda línea. Bardhi ha movido la varita y Luna ha aparecido a la espalda de Damián para dejar a Morales en la mejor disposición para marcar. A modo de oasis, el extremo ya había tenido una opción similar en la primera parte. Con errático desenlace, eso sí.

Aunque primero, el Getafe no ha pegado lo suficientemente fuerte como para enviar a la lona al Levante. Los de Muñiz sí que estaban, y se quedan todavía más, físicamente tocados. El lesionado del día ha sido Nano Mesa, cuyo gesto de rodilla pinta feo. Campaña se ha marchado además renqueante. Como se encuentra el equipo sin un ´9´ que la meta. No tuvo ni siquiera la oportunidad de hacerlo el canario, en casi una hora de juego; no pudo, y le puso las mejores de las intenciones, Álex Alegría.

El extremeño ha reclamado un penalti por manos de Markel, para frenar un remate suyo a bocajarro. Poco antes lo ha hecho Morales, revitalizado con el empate, espacios y sobre todo Bardhi dando sentido a sus carreras. Le ha faltado al ´Comandante´ levantar la cabeza, en el dos contra uno, para dejar a Alegría solito y evitarse él mismo el manotazo de Cala dentro del área.

Después de 332 minutos sin marcar, el Levante ha estado a punto de hacerlo a pares. En la ultimísima jugada, con el descuento agotado, ha tenido la victoria Ivi. No hubiera sido justo, visto como el Getafe había controlado y rondado la portería de Raúl durante la primera hora de partido. Entre la solera del otrora pretendido Jorge Molina y la electricidad de N'Diaye habían metido en apuros a los granotas, enviado un balón en el palo y visto como le anulaban un gol al exatlético por fuera de juego. De esos que de tan justos que es o puede ser, no se suelen pitar, por cierto.