«El jueves tenemos otro partido y contamos con plantilla suficiente para afrontarlo. Vamos a ver como estamos en condiciones físicas. No creo que haya muchas incorporaciones del filial», advertía Muñiz con respecto a la Copa en la sala de prensa del Ciutat tras el 1-1 ante el Getafe. El Levante aparca momentáneamente la Liga, con cuatro jornadas sin ganar y la maldición de las lesiones generando demasiados quebraderos de cabeza, el último en la imagen de Nano, para afrontar la ida de los dieciseisavos de final ante el otro equipo que ascendió directamente a la máxima categoría y que además visitará Orriols en la próxima cita doméstica, prevista para el 5 de noviembre (12 horas). Un cara a cara para el ´plan B´, para esos inéditos en LaLiga Santander con el propósito de que se sumen a la causa de la permanencia, dosifiquen a los que aglutinan más carga de minutos en sus botas (Raúl Fernández y Chema lo han jugado todo) y ayuden a paliar las carencias evidentes. En la convocatoria contra el Getafe, Muñiz decidió mandar al palco a más de tres millones de euros, con cuatro fichajes entre esos descartes técnicos. Sobre todo Boateng, el más caro del proyecto actual y cuando el casillero de goles de los arietes aún permanece a cero.

A Oier o Langerak, Shaq, Cabaco, Lukic, el propio Boateng o un Samu García que volvió a la lista frente al Getafe tras su lesión muscular contra el Alavés, se les abre una puerta en Montilivi para reivindicarse. La Copa es para ellos. Aunque Muñiz insiste en que apostará por los jugadores «que ayuden al equipo». «Cuando hago una alineación no miro la edad, el contrato, la nacionalidad... Yo solamente pienso en que ayuden al equipo. Cuando me siento y hago el planteamiento me centro en lo futbolístico», argumentaba el técnico. La sesión del domingo en Buñol siguió con los parámetros habituales en la primera jornada post-partido. Los titulares ante el ´Geta´ realizaron un trabajo de recuperación mientras que el resto de los jugadores incrementaron las cargas para ejercitarse durante algo más de una hora sobre el verde del campo número uno de la Ciudad Deportiva, con la mente en el estreno en la competición del KO, pero sin olvidar el envite doméstico en Ipurua del próximo domingo.

En dinámica de primer equipo a todos los efectos y como opción natural ante la lesión de Iván López, el enfrentamiento en Girona parece que significará el debut en la primera plantilla de Shaq Moore. A no ser que Muñiz decida echar mano de la polivalencia de Róber o incluso de Morales. Pedro López, relevado el sábado al descanso, vivirá la Copa desde la barrera. Entre palos, Oier ha sido el segundo portero de Raúl en siete de las nueve jornadas de LaLiga Santander. Pero también Langerak ha costado un buen pellizco. Pero Muñiz ya ha repetido en más de una ocasión que no se casa con nadie y que apostará por el once más competitivo, en beneficio del colectivo. En esa retaguardia, además de Shaq, será el momento de Cabaco, cedido sobre la bocina en el pasado mercado estival y sin oportunidad ni para sentarse en el banquillo. El discurso en la figura de Lukic es casi idéntico. Además, el encuentro del jueves volverá a ser un examen para los arietes, en este caso Alegría y, sobre todo, Boateng.