Muñiz hizo las cuentas en privado hace tiempo, como reconocía en vísperas de la visita a Málaga. Cada punto que suman los granotas están más cerca de los 40, que es la meta final para amarrar la salvación, y también del objetivo que se ha marcado su técnico para el ecuador liguero. Quiere alcanzar como mínimo la mitad, la veintena, cuando acabe la primera vuelta, aunque piensa en llegar incluso un poco más allá después de la jornada 19 ante el Celta, 22 puntos, para mantener la distancia de seguridad respecto a los tres últimos de la tabla.

En lo que no va a caer el entrenador es en trasladar formalmente sus pretensiones a la plantilla. Cada uno puede hacer sus números, viendo además los resultados de los rivales cada semana, pero el partido a partido ‘cholista’ continúa marcando la pauta. Muñiz siempre ha defendido, tanto en LaLiga Santander como el curso pasado, en LaLiga 1|2|3, en pensar a corto plazo y en que lo realmente importante es cómo se encuentre el equipo en la última jornada.

La clave está en el Ciutat

Quedan cinco partidos por disputar hasta la mitad de la competición, y tres de ellos son en casa. Al Ciutat se aferrarán a priori los azulgrana para mantenerse en la línea correcta, promediando más de un punto por duelo, pues los desplazamientos más inmediatos son de aúpa: Pizjuán y Camp Nou. Los de Muñiz tendrán que revertir su dinámica negativa como locales y sacar los máximos puntos posibles ante un Athletic por debajo de las expectativas, un Leganés al que le sucede todo lo contrario y un Celta irregular. Antes de la visita de los celestes habrá quedado ya definido el cruce de octavos ante el Espanyol, que interferirá en el plan de trabajo y de preparación aun sin ser la Copa el torneo prioritario.

Los puntos a mitad de temporada no han determinado obligatoriamente el desenlace de la misma en las 11 participaciones previas del Levante en la elite. Sí que en la última experiencia, en la 15/16, el lastre de las primeras 19 jornadas terminó por sepultar a los granotas, quienes mejoraron sus números (tampoco excesivamente) en el segundo tramo de competición. Por contra, en la 10/11, con Luis García en el banquillo, un paupérrimo arranque había llevado al equipo a llegar al ecuador como colista y finalmente quedaría decimocuarto y con la permanencia amarrada con una semana de antelación incluso.

Desde la Europa League hasta el descenso

La peor puntuación supuso el descenso acelerado de hace una década, con el club en caída libre hacia al Concurso de Acreedores. La mejor, también es cierto, serviría finalmente para clasificar a los azulgranas por primera vez (y hasta ahora única) para competiciones europeas. Aquello sucedió en la 11/12, tras la cual los guarismos fueron descendiendo curso a curso hasta la pérdida de categoría. De cumplir exactamente el objetivo, el Levante firmaría su cuarta mejor primera mitad en LaLiga Santander. Para la segunda, ya con los refuerzos invernales, quedaría rematar la faena.