El frío y la lluvia marcaron la vuelta al trabajo del Levante tras la derrota de ayer frente al Betis.

La dura climatología que se registró esta mañana en Buñol fue el escenario que mejor podía dibujar el estado de ánimo del equipo y del club.

Las caras serias de los jugadores, en la que apenas intercambiaron palabras y bromas, dieron paso a una sesión en las que los suplentes y los que no tuvieron minutos ayer ante el conjunto bético, trabajaron sobre el húmedo césped de la Ciudad Deportiva. Fue una sesión suave y que sirvió para mantener el hábito competitivo de toda la plantilla.

Por el contrario, los jugadores que fueron titulares trabajaron dentro de las instalaciones del gimnasio con ejercicios regenerativos.

Más allá de esto, las miradas estuvieron puestas en Muñiz. El preparador asturiano está viviendo sus peores momentos desde que llegó al Levante. Ayer, en la rueda de prensa posterior al partido ante el Betis, se enfrentó una y otra vez a preguntas relacionadas con su futuro y llegó a admitir una breve charla con el director deportivo, Tito, en el vestuario. El técnico sabe, que desde la semana pasada, su nombre está en el candelero después de la larga reunión del Consejo de Administración en la que fue ratificado.

El propio Tito, acompañado del secretario técnico, Carmelo del Pozo, se acercaron esta mañana a Buñol, donde volvieron a mantener una charla informal con el preparador asturiano. Más allá de la difícil situación del equipo, la intención de la cúpula deportiva del club pasa por transmitir la mayor tranquilidad posible al entrenador y enfocar todos los esfuerzos al duelo del próximo jueves en Vitoria frente al Alavés.

Este mismo mensaje es el que ha sido trasladado a la plantilla. A los jugadores se les ha pedido dar un paso al frente, cerrar filas en busca de la unión absoluta y dar el máximo en los próximos encuentros más allá de que el futuro de su técnico pueda estar en juego.

La reacción del público congregado ayer en el Ciutat de València, con pañolada y pidiendo la cabeza de Muñiz, fue una clara muestra de que el crédito a nivel social está prácticamente agotado y solo una dinámica totalmente opuesta a la mostrada hasta el momento haría cambiar el ánimo.

El Levante realizará mañana por la tarde en el estadio la última sesión de trabajo antes de desplazarse hasta Vitoria donde buscará una victoria capital que le evite caer en los puestos de descenso por primera vez en lo que llevamos de temporada.