Salvo catástrofe, la victoria contra el Las Palmas y los ochos puntos de ventaja sobre el Deportivo a falta de 21 apuntan a que el Levante repetirá en Primera División. Así que, a expensas de que la salvación sea matemática, la duda sobre la categoría en la que jugará el equipo la próxima temporada está prácticamente resuelta, lo que significa que ese freno que tiene en standby la planificación deportiva va a desaparecer en breve. Renovaciones y fichajes están ya encima de la mesa, desde Coke a Oier pasando por Pedro López, Róber Pier, Roger o Cabaco.

Los asuntos se agolpan, pero antes que nada el Consejo de administración tiene que tomar la decisión de la que dependerán todos los demás: la continuidad o el relevo de la actual dirección deportiva encabezada por Tito y Carmelo. De la directiva depende que ambos cumplan la temporada que les queda de contrato, vinculada además al teórico final del mandato de Quico Catalán, o que por contra se produzca un cambio de rumbo dos años después del que se precipitó con el descenso y la salida de un Manolo Salvador al que no se renovó.

A favor de su continuidad juega el objetivo cumplido de la permanencia, la reacción del equipo tras el cambio en el banquillo, refuerzos como el de Coke o la revalorización de jugadores que con Muñiz estaban desahuciados, entre ellos sobre todo Cabaco. En contra, eso sí, pesan también los lunares en la construcción de la plantilla, especialmente en la delantera, los refuerzos fallidos, la defensa a ultranza de Muñiz con los resultados en contra, la pretemporada non nata del verano y, en especial, el distanciamiento con la directiva junto a un enorme desgaste acumulado.

Paco López, el míster de moda

Una vez aclarado quién será la cabeza visible del proyecto deportivo del club, lo siguiente será determinar la del equipo. Y en ese sentido Paco López es, sin duda, el entrenador del momento. El de Silla, ascendido desde el filial, fue la solución de la casa en una situación de urgencia en la que no convencía ninguna de las opciones disponibles en el mercado. Sin embargo, en cuatro partidos (tres victorias y un empate) se ha disipado cualquier duda al respecto y la suya es en este momento la candidatura de mayor peso. En su día firmó dos años para entrenar al Atlético Levante, pero su relación con el primer equipo acaba en junio.

El mensaje oficial es que las decisiones deportivas, sobre todo las dos más importantes, están supeditadas a que el objetivo sea matemático. Sin embargo, la realidad es que el club no está parado y que en los últimos días se han ido agolpando asuntos que así lo demuestran. Oier tendrá en breve una propuesta de mejora, Pedro López otra para renovar y entre Levante y Schalke se volverán a entablar conversaciones para que el vallecano se quede.

El caso de Postigo

Sergio Postigo continúa a poco más de una hora de prorrogar su contrato una temporada más, a pesar de que el Levante da por hecha su continuidad más allá de si los termina disputando o no. El central, fichado del Spezia Calcio italiano el verano de Segunda División, renovará de manera automática si juega 69 minutos más de aquí a final de temporada.

Así llegará al 60 por ciento de los minutos oficiales completos (3.780) entre LaLiga y La Copa. Tras coincidir su última lesión con la consolidación en el eje de la defensa de Cabaco y Róber Pier, Postigo es ahora reserva, aunque con siete jornadas todavía por delante. En los dos últimos partidos ha disputado solamente 10 minutos, tres con el Girona y los últimos 7 ante el Las Palmas, por lo que sigue sin cumplir con un requisito que ni a él ni al club tampoco es que les preocupe demasiado en estos momentos.