El Levante UD fulminó al FC Barcelona en Orriols. Hacía 43 partidos que el Barça no perdía un partido de LaLiga y 43 años de aquella histórica vez en la que los granotas le habían metido cinco goles en Vallejo. Dos registros pulverizados de golpe en una de las hazañas más grandes y sorprendentes de la vida granota. En uno de los mejores partidos nunca vistos en el Ciutat, el Levante de Superlópez destrozó al hasta este domingo invicto equipo de Valverde, derrumbado ante los contragolpes absolutamente certeros de un grupo pletórico que le endosó una manita y mandó al poste el que podría haber sido el sexto gol de la noche.

Con los adjetivos a punto de agotarse, lo de este final de temporada es para frotarse los ojos. Desde el cambio en el banquillo no hay nadie mejor que el Levante, un equipo en estado de gracia que puede con todo, incluido un Barça que primero braceó para remontar un 2-0 y después para igualar un 5-1. Al final, 5-4 apretando los dientes y con todo Orriols haciendo fuerza para cerrar un día perfecto en el que el filial se había proclamado campeón de Tercera y el Femenino equipo de Copa de la Reina.

Con una inercia avasalladora, los granotas marcaron a los seis minutos y se pusieron 2-0 en media hora. Los dos goles los hizo Boateng, el enmascarado ghanés que ha pasado del ostracismo a causar sensación desde que se estrenó contra el Real Madrid. Sin Messi y con defensa nueva, al Barça le pasaba por encima un avión. Y es que nada es ahora mismo imposible en Orriols ni hay techo con el que toparse. En especial para un entrenador que, manteo mediante, fue elevado a los altares por sus propios jugadores para celebrarlo.

Los culés estuvieron faltos de un líder hasta que con la lesión de Vermaelen entró Piqué. Con su irrupción, el central fijó a sus compañeros y hasta fue determinante en el gol de Coutinho, afortunado al tropezar su disparo en Róber Pier para despistar a Oier. Parecía que el Barça se reponía, pero de eso nada. Bardhi, que había fallado en la primera parte a puerta vacía, acertó nada más volver del descanso. Y entonces sí, se desató la locura. Sencillamente espectacular.

Es difícil ponerlos en orden, pero uno de los grandes méritos de Superlópez ha sido poner a tono a un Campaña que ha pasado de importante a ser crucial para el Levante, recuperar y reinventar en la izquierda a Bardhi, autor de un doblete y, sobre todo, convertir a Boateng en un delantero capaz de meterle tres goles al Barcelona. El ghanés, con definición, fuerza y desmarque, rozó la perfección.

Fiel a su filosofía, el Levante no se replegó pese a la ventaja y, hasta que entró Lerma para meterle un punto de pausa, siguió empujando. El partido, roto, tenía de todo. Goles, ocasiones y polémica: un intento de penalti de Yerri Mina merecedor de amarilla porque no era y otro que protestó Roger por mano de Piqué que tampoco. Sí que lo fue el de Boateng a Pique del 5-4 en un final ya con la respiración entrecortada y un silencio en Orriols que fue el preludio a la explosión por la victoria.

Ficha técnica