Sin prisa pero sin pausa, el Levante UD se encuentra en compás de espera con los futbolistas que dejarán de ser granotas el próximo 30 junio pero a los que quiere retener. Se trata de Cabaco, Lukic, Róber Pier y, muy especialmente, Coke Andújar, cuyo caso es a día de hoy el que más ocupa y preocupa en el club. El lateral vallecano, con una oferta firme sobre la mesa de tres temporadas fijas, se ha mostrado desde el primer momento por la labor pero no ha dado una respuesta definitiva.

A pesar de que su voluntad manifiesta ha sido siempre quedarse, la pelota está ahora mismo en su tejado. Tiene la decisión tomada de seguir en LaLiga y propuestas al margen de la azulgrana no le faltan. Si firma aquí se aseguraría un contrato hasta los 34 años.

Una vez conteste, y en el caso de que la respuesta sea (como se espera) afirmativa, quedará el acuerdo con el Schalke, que deportivamente no cuenta con él pero tratará de rascarle un traspaso. El hecho de que le quede una sola temporada juega a favor de un precio más asequible, aunque difícilmente estará por debajo de los 2-3 'kilos'. En Orriols, pese a los días que han pasado desde el último encuentro con su agente, son optimistas, aunque también prudentes. En ningún momento se han lanzado las campanas al vuelo.

El '2' titular

Pese a la superpoblación de laterales derechos tras la renovación de Pedro López y la recuperación de Iván, más la línea ascendente de Shaq, la realidad es que para los técnicos es clave asegurarse a un futbolista que ha sumado tanto dentro como fuera del campo desde su aterrizaje. Y es que fichar a Coke va más allá de lo meramente futbolístico.

Con la oferta que el Levante le ha puesto para firmar, el excapitán del Sevilla se convertiría en uno de los mejor pagados de la primera plantilla. Su salario, por encima del millón, fue precisamente uno de los escollos para su llegada. Los granotas se han hecho cargo del mismo en su totalidad durante los últimos seis meses, amén de desembolsar un bonus de 100.000 por la salvación.

Sin opción de compra

Para desbloquear aquella negociación, además, se descartó incluir una opción de compra con la que las cosas habrían sido más sencillas, si bien por contra en aquel momento el Levante se evitó el riesgo de vincularse a una cláusula automática por un futbolista que no tenía minutos desde el pasado octubre.

La idea inicial era haber empezado a negociar su continuidad en marzo, pero esto resultó imposible debido a la incertidumbre sobre la categoría en la que militaría el equipo. Y es que evidentemente en Segunda habría sido imposible abordar una operación que sigue estando bastante complicada en Primera.