Giampaolo Pazzini fue una de las grandes apuestas del Levante en el mercado de enero, tanto a nivel deportivo como económico. A expensas de los movimientos por Koné y Rémy, que eran las dos prioridades, Quico Catalán se desplazó a Verona personalmente para desenquistar el fichaje y demostrarle que se contaba con él como un refuerzo importante.

Eso sí, finalmente su cesión, a pesar de que las cosas estaban muy de cara para haberla alargado debido también a sus problemas con el Hellas, se firmó sólo hasta final de temporada, aunque con la idea clara de que si las cosas funcionaban bien no habría problemas para alargar su estancia y quedárselo ya en propiedad. Su concurso como granota, sin embargo, no ha terminado siendo todo lo fructífero que se esperaba cuando nada más debutar le marcó un gol en el Ciutat al Real Madrid. No volvió a repetir.

Pazzini, que ayer por la mañana se personó en las oficinas, es el único delantero de los de la primera plantilla que termina contrato. Con el descenso del Hellas a la Serie B, su regreso a Italia se antoja complicado aun teniendo contrato en vigor y de hecho, cumpliendo 34 años este verano, se especula con una aventura en otro país, con candidatos como el fútbol mexicano.

Pese a no asentarse como titular con Muñiz ni encajar tampoco en el 4-4-2 de Paco López, que recurrió preferentemente a delanteros más móviles como Roger y Boateng, lo cierto es que el italiano fue elogiado a nivel interno por su propio entrenador debido a su implicación con el grupo.

Para Paco el suyo fue un caso peliagudo de gestionar por su condición de exinternacional azzurro y contrastada trayectoria en la Serie A. En sus primeros días el de Silla mantuvo con él una charla individual similar a las que protagonizó con jugadores que a la postre sí que terminaron siendo muy importantes, casos de Campaña y más especialmente de Bardhi.

Uno o dos fichajes arriba

La salida de Pazzini dejará como mínimo un hueco en ataque que se intentará cubrir con ese delantero de garantías que faltó la temporada pasada y que tampoco fue Sadiku. El albanés, por el que se han pagado 1,2 millones, sí que tiene contrato en vigor, aunque tampoco ha contado para el míster, quien ve en él a un nueve con cualidades aunque a expensas de cogerle la onda al fútbol español y ser algo más regular.

Con Boateng como artillero revalorizado tras un excelente final de temporada y su debut con la selección de Ghana, el otro puesto arriba es el de un Roger que tiene entre manos con el club una posible actualización de contrato. Con la negociación atrancada, las próximas semanas se presumen determinantes de cara a si finalmente serán uno o dos los nuevos delanteros por los que se apueste de cara a esta 18/19.